Uno de los inconvenientes más importantes al momento de afrontar problemas como el abastecimiento de alimentos y la hambruna es el periodo de caducidad de los insumos y la exigencia de las cadenas de suministros para que estos no se desperdicien.
Pese a los esfuerzos realizados por distintas organizaciones, al menos 1.300 millones de toneladas de comida se desperdician alrededor del mundo anualmente debido a que mucha de ella se pudre en camino a almacenes, donde su periodo de vida útil no se prolonga lo suficiente como para ser utilizada, sino que se mantiene a niveles en los que ni una correcta refrigeración aporta una duración mucho mayor.
Es por ello que en México una compañía llamada Cooperprotek elaboró un nuevo material biotecnológico que puede prolongar la conservación de los alimentos hasta por 30 días adicionales. Según la empresa, una forma de conservación con esta innovación podría reducir en un 50 % el desperdicio de alimentos perecederos.
La forma en la que este tipo de empaque reduce la posibilidad de que los alimentos como las carnes y las verduras se pudran es gracias a que el cobre, pieza fundamental de este tipo de empaquetado, reduce la proliferación de bacterias responsables de proceso de putrefacción dentro de la comida haciendo que los productos tengan hasta un 180% más tiempo de vida útil y pueda llegar en mejores condiciones hasta sus destinos.
Esta cifra positiva se puede lograr en carnes como la de cerdo, pollo, ganado vacuno y sus derivados como salchichas y quesos, que son requeridos para la alimentación de personas alrededor del mundo y que podrán verse beneficiadas con la implementación de esta nueva forma de biotecnología.
Según Javier Lavin, fundador y Gerente de la empresa I+D, “los mismos microrganismos que descomponen el alimento son también los que afectan su calidad, cambiando su color, olor y acidez. Al reducirlos, los alimentos mantendrán características organolépticas deseables por más tiempo, reduciendo reclamos y devoluciones”.
La aplicación de esta nueva forma de empaquetado no es solo teórica, sino que también ha pasado a la práctica y ya está siendo implementada en mercados como el de México junto a otra empresa de distribución de alimentos, por lo que personas dentro de ese territorio podrán encontrar empaques que usan la tecnología de Cooperprotek para asegurarse de que sus alimentos se encuentren en perfectas condiciones por más tiempo.
La intención de la compañía es que este tipo de empaques con biotecnología basada en cobre llegue a otros mercados en países sudamericanos como Colombia, Chile y Ecuador, aunque también está en camino de estar presente en Estados Unidos y Brasil, quienes podrán tener alimentos más frescos, con sabor y color más naturales sin necesidad de la aplicación de conservantes adicionales que pueden perjudicar la calidad de la comida.
Además del beneficio que trae esta tecnología a los consumidores finales y a la cadena de suministros, su aplicación también puede beneficiar a los productores de alimentos y ganaderos, pues ya que sus productos pueden tener una vida útil más larga, podrían llegar a generar mayores ingresos por la conservación de los insumos básicos que generan sus negocios y que pueden vender a empresas con capacidades de distribución y alcance entre el resto de los territorios nacionales e internacionales en caso de calidades de exportación.
El problema es que el cobre, que es uno de los metales que produce cáncer.