Un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Bonn (Alemania) permitió determinar con mayor exactitud el origen de las vértebras, costillas y un enorme diente hallados hace más de 30 años los Altos Alpes suizos a 2.800 metros de altitud. Al momento del descubrimiento, los científicos coincidieron en que los restos debían proceder de unos grandes reptiles marinos conocidos como ictiosaurios, aunque carecían del material comparativo necesario para profundizar en la investigación, explica en un comunicado la universidad.
El reciente estudio, publicado este miércoles en el Journal of Vertebrate Paleontology, confirmó que los hallazgos pertenecen a tres ictiosaurios diferentes de entre 15 y 20 metros de longitud. Entre los restos óseos, destaca el diente por su inusual tamaño: el diámetro de su raíz mide 60 milímetros, que es el doble de grande que el mayor diente de dinosaurio acuático encontrado hasta la fecha.
Los primeros ictiosaurios habitaron en los océanos primitivos a principios del Triásico, hace unos 250 millones de años, y poco antes de que la mayoría de ellos se extinguiera, al cabo de 50 millones de años, estos animales evolucionaron hasta convertirse en verdaderos gigantes, con un peso estimado de 80 toneladas y una longitud de más de 20 metros.
Sin embargo, las colosales criaturas apenas dejaron restos fósiles, «por lo que siguen siendo un gran misterio hasta hoy», afirma Martin Sander, uno de los investigadores.
«Desde nuestro punto de vista, el diente es especialmente emocionante», señaló Sander. «Porque es enorme para los estándares de los ictiosaurios […]. El mayor [diente] conservado en un cráneo completo hasta la fecha era de 20 milímetros y procedía de un ictiosaurio de casi 18 metros de longitud», explicó.