Un equipo internacional de investigadores ha descubierto que bajo la cordillera de los Andes la corteza terrestre está deshaciéndose en gotas hacia el manto, según un estudio publicado recientemente en la revista Communications Earth & Environment.
Este fenómeno se conoce como goteo litosférico y ha estado ocurriendo durante millones de años.
«Hemos confirmado que una deformación en la superficie de un área de las montañas de los Andes tiene una gran parte de la litosfera debajo siendo succionada», comentó Julia Andersen, autora principal del estudio y estudiante de posgrado de geología en la Universidad de Toronto (Canadá).
La «deformación» a la que se refiere Andersen se encuentra en la cuenca de Arizaro y consiste en arrugas que se han ido formando en la superficie a medida que la corteza desaparece debajo. Esto ocurre cuando la corteza rocosa se calienta y se espesa, hasta que eventualmente comienza a ‘gotear’ hacia el manto.
«Debido a su alta densidad, gotea como jarabe frío o miel más profundamente en el interior del planeta y es probablemente responsable de dos importantes eventos tectónicos en los Andes centrales: cambiar la topografía de la superficie de la región en cientos de kilómetros y aplastar y estirar la propia corteza superficial», subrayó Andersen.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores recrearon el proceso a escala de laboratorio usando un tanque y materiales en capas como sustitutos del manto inferior, superior y de la corteza.
«Fue como crear y destruir cinturones tectónicos de montaña en una caja de arena, flotando en una piscina de magma simulada, todo bajo condiciones medidas submilimétricas increíblemente precisas», aseguró Andersen.
Posteriormente, los resultados del modelo fueron comparados con estudios geofísicos y geológicos realizados en los Andes centrales, particularmente en la cuenca de Arizaro, y se descubrió que los cambios en la elevación de la corteza ficticia causados por dicho fenómeno en el laboratorio «siguen muy bien» los cambios en la elevación de la corteza real.
«También observamos un acortamiento de la corteza con pliegues en el modelo, así como depresiones similares a cuencas en la superficie, por lo que estamos seguros de que es muy probable que un goteo sea la causa de las deformaciones observadas en los Andes», agregó la experta.
Por ahora, el goteo litosférico solo se ha identificado en la Tierra, pero los científicos confían en que, en el futuro, pueda detectarse a través del modelado y la experimentación en otros planetas que no tienen placas tectónicas, como Marte y Venus.