Agentes forestales italianos capturaron el pasado 28 de abril al oso Papillon, bautizado así por el ministro de Medio Ambiente del país debido a su propensión a evitar ser atrapado. La fuga del plantígrado, buscado desde el verano del año pasado, acabó en la provincia norteña de Trento, en los Alpes Dolomitas.
Tras el operativo, el animal fue llevado de vuelta al recinto del parque Casteller, del que había escapado a pesar de la valla electrificada y un muro de cuatro metros de altura el 15 de julio de 2019, horas después de ser capturado.
Las autoridades señalaron que Papillon está en buenas condiciones, pero los activistas no se conformaron con que lo volviesen a meter ‘entre rejas’, sobre todo teniendo en cuenta que el presidente de Trento, Maurizio Fugatti, había ordenado su captura y que lo mataran a tiros si se acercaba a las zonas residenciales.
Durante sus 289 días de libertad Papillon hizo incursiones en algunas cabañas inhabitadas en las montañas y establos abandonados, y fue pillado intentando robar miel destruyendo colmenas y bebiendo un litro de aceite de oliva, pero nunca ha protagonizado ataques o comportamientos peligrosos hacia el hombre. En las últimas semanas lo han visto jugando en la nieve.
Massimo Vitturi, responsable del ámbito de animales salvajes en la organización animalista italiana LAV, tachó la sentencia de la provincia de Trento —en declaraciones recogidas por Corriere della Sera— de «innecesariamente cruel contra un animal que ha demostrado una excepcional capacidad de adaptación y supervivencia, aspectos que lo convierten en un individuo especialmente dotado que debería ser aún más respetado y aceptado por ello», y lamentó que el oso afronte una «cadena perpetua» solo por haber comido alimentos «mal guardados» en algunas viviendas a gran altitud.
La sección italiana del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF Italia) señaló que la captura de Papillon «es una mala y triste noticia para la conservación de la naturaleza» en el país y «una derrota para todos». También recordó que el oso es una especie protegida y solicitó aclaraciones a las autoridades de la provincia de Trento sobre la necesidad de intervención y las circunstancias.
Por su parte, el ministro del Medio Ambiente, Sergio Costa, afirmó que está trabajando para encontrarle a Papillon «el mejor hogar posible». «Estamos sondeando parques europeos, contactando con los países donde este tipo de oso podría vivir bien y sin riesgos, activando también los canales diplomáticos», aseguró.
Pero también hubo quienes se sintieron aliviados por la captura del oso. La asociación de agricultores Coldiretti señaló en un comunicado que es «un suspiro de alivio para quienes viven en las montañas y se sienten indefensos ante los peligros de un espécimen cuya agresividad ha sido científicamente demostrada».