La compañía aeroespacial privada Blue Origin liderará el proyecto de la primera base orbital comercial que operará como un «parque de negocios de uso mixto» y acogerá a hasta diez astronautas dedicados a diversas tareas.
Los planes para la base Orbital Reef (‘Arrecife orbital’), prevista para ser colocada en la órbita baja terrestre entre 2025 y 2030, han sido anunciados en un comunicado conjunto de la empresa de Jeff Bezos y la compañía Sierra Space.
El proyecto, diseñado para «abrir el espacio a la investigación, la producción y el turismo comercial», será producto de la colaboración de varias empresas y entidades, entre las que se cuentan Boeing, Redwire Space, Genesis Engineering Solutions y la Universidad Estatal de Arizona.

La estación será puesta en órbita con un cohete reutilizable New Glenn de Blue Origin. Promocionado como una «revolución en los viajes y comercio espacial» que «reinventará la vida y el trabajo en el espacio», el proyecto ofrece pocos detalles acerca de sus futuras operaciones, la cantidad de módulos que tendrá o cómo manejará los desafíos logísticos de las misiones espaciales.

«Agencias espaciales experimentadas, consorcios de altas tecnologías, naciones soberanas sin programas espaciales, medios y empresas turísticas, empresarios, inventores patrocinados e inversores con visión del futuro, todos tendrán un lugar en Orbital Reef», promete el comunicado.
Los detalles en torno a los costes del proyecto no han sido revelados. Blue Origin ha completado dos exitosos vuelos turísticos suborbitales desde julio a bordo de su nave New Shepard, llevando a cuatro personas en cada uno hasta el límite del espacio, la llamada línea de Kármán, que se ubica a 100 km sobre el nivel del mar.