Los astrónomos descubrieron por qué los planetas Urano y Neptuno son de diferentes colores, aunque sus masas, dimensiones y composiciones atmosféricas sean similares. En la luz visible, Neptuno tiene un tono azul intenso, mientras que Urano se caracteriza por un matiz cian más claro.
Para explicar este fenómeno, un equipo internacional, dirigido por el profesor de física planetaria, Patrick Irwin, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), desarrolló un modelo a partir de los parámetros conocidos de las capas de aerosol en las atmósferas de ambos planetas. De esta manera, se supo que la diferencia se debe al exceso de niebla que se acumula en la atmósfera estancada y lenta de Urano, que hace que exhiba un tono más claro que el de su vecino próximo.
Según informó el blog del telescopio espacial Hubble, que mantienen los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), el equipo analizó los datos observacionales que le habían proporcionado precisamente este telescopio (operado conjuntamente por la ESA y la NASA). Se complementaron estos datos con nuevas observaciones del telescopio Gemini North, y del Infrared Facility de la NASA, ambos situados en Hawai.
Dentro de los planetas, hay tres capas que albergan distintas composiciones de aerosol a distintas alturas. La capa clave que afecta al color es la intermedia, y los científicos advirtieron que la niebla en esta capa es más gruesa en Urano que en Neptuno debido a que el metano, uno de sus componentes principales, condensa las partículas de esta capa de neblina hacia el interior de la atmósfera dentro de una lluvia de nieve. De esta manera, la distribución de estas moléculas varía entre las diferentes capas atmosféricas y genera un cambio en el color.
El artículo publicado en la revista Journal of Geophysical Research a finales de mayo, detalla que añadieron una capa adicional de partículas de hielo de metano a Neptuno a presión de ∼0,2 bar, y descubrieron que un cambio en el color coincide con las propiedades observadas en la atmósfera.
Debido a que Neptuno tiene una atmósfera más activa y turbulenta que la de Urano, el equipo cree que en Neptuno se agitan de forma más eficiente las partículas de metano en la niebla y producen nieve de metano. La turbulencia elimina más niebla y mantiene la capa de niebla de Neptuno más fina que en Urano, con el efecto visual que se percibe desde la Tierra.