El historiador Dan Hill publicó fotos del contenido de una maleta que perteneció a un soldado británico fallecido en la Primera Guerra Mundial, y que estuvo casi 100 años sin abrirse hasta ser encontrada recientemente por un sobrino.
El británico que halló la maleta en su casa le preguntó a Hill si le interesaría estudiar las cosas que estaban adentro, que permanecieron intactas por todo ese tiempo. Con ayuda de esos objetos, el historiador desentrañó la historia del soldado.
Ted Ambrose, oriundo del condado de Hertfordshire, tenía 18 años cuando, en el año 1915, decidió unirse a las Fuerzas Armadas. Pasó nueve meses entrenándose y fue enviado a Somme, en el norte de Francia. Pronto quedó herido y se sometió a tratamiento en hospitales franceses. Cuando ya estaba listo para regresar al frente, se enfermó con sarampión y tuvo que curarse de nuevo. La maleta contiene una carta dirigida a su amante, Gladys, que escribió desde el hospital.
Al regresar al frente, Ambrose recibió heridas en una pierna, un brazo y la cabeza, durante un bombardeo de artillerilla que dejó más de 100 personas muertas o heridas. Su madre quiso visitarlo en el hospital, pero Ted falleció a los pocos días.
Las pertenencias del soldado fueron enviadas a su familia, pero la madre no llegó a verlas nunca. Allí estaban su espejo, sus cartas, las fotos de su madre y de su amante, su pipa y su tabaco; la mujer encerró todo en una maleta y nunca la abrió, excepto una vez, cuando puso en ella las medallas que se le otorgaron al hijo.
El historiador comentó que la maleta fue como una capsula de tiempo que desde el año 1916 guardó toda la vida de Ted, de «un chico ordinario» que no hizo nada sobresaliente en el campo de batalla pero «simplemente cumplió con su deber». Añadió Hill que se propone visitar la tumba de ese soldado cada vez que esté cerca del lugar de su enterramiento.