Un esqueleto humano prehistórico ha sido hallado en un sistema de cuevas de la costa caribeña de México que se inundó al final de la última glaciación, recogen medios locales.
El arqueólogo Octavio del Río y su compañero de buceo, Peter Broger, encontraron los restos de un humano prehistórico que, por su ubicación, debió de vivir hace 8.000 años, ya que la única forma en la que pudo haber llegado a ese punto fue porque entonces la cueva no era subterránea y estaba seca. Durante la prehistoria el nivel del mar era muy inferior en comparación al actual, explicó Del Río al diario mexicano Reforma.
«No sabemos si el cuerpo fue depositado allí o si fue allí donde murió esta persona», dijo Del Río. El esqueleto estaba ubicado a unos 8 metros bajo el agua, aproximadamente a medio kilómetro dentro del sistema de cuevas en el Tramo 5 del Tren Maya, que va de Playa del Carmen a Tulum, en Quintana Roo, informó Selvame del Tren, un colectivo de activistas que se opone a la construcción de diversos tramos del tren localizados en zonas selváticas protegidas.
Según los reportes, el cráneo estaba completamente destrozado y el esqueleto estaba parcialmente cubierto por sedimentos de la cueva cerca del lugar donde el Gobierno mexicano planea construir la red ferroviaria. Su ubicación exacta no ha sido revelada por temor a que el sitio pueda ser saqueado o perturbado.
«La osamenta está depositada sobre una gran capa de sedimento. Los huesos también tienen sedimento encima, con lo cual se infiere que tiene mucho tiempo ahí», dijo el arqueólogo y buzo profesional, especializado en las cuevas de la costa caribeña de México.
«Hay mucho más estudio que se debe hacer para interpretar correctamente» el hallazgo, explica Del Río. En particular, señala que se necesitaría «datación, algún tipo de estudios fotográficos y alguna colección» para determinar exactamente qué edad tiene el esqueleto.
Está previsto que la línea del Tren Maya, de 1.500 kilómetros de longitud, se extienda por la península de Yucatán en un circuito irregular que conectará balnearios y sitios arqueológicos. El tramo más controvertido corta una franja de más de 110 kilómetros a través de la jungla entre los centros turísticos de Cancún y Tulum.
Activistas que promueven su conservación han pedido que se cambie la ruta del proyecto para proteger los hallazgos arqueológicos y paleontológicos, cuya exploración podría prolongarse durante décadas.