Una de las momias más famosas y enigmáticas de Ecuador ha abierto una nueva incógnita, luego de que un estudio revelara que sus restos no pertenecen al fraile español Lázaro de Santofimia como se creía hasta ahora, informa el diario El Telégrafo.
La momia de Guano, en la provincia andina de Chimborazo, fue descubierta en 1949 mientras se removían los escombros de un terremoto. Se creía que el cuerpo momificado era del misionero Santofimia, quien a mediados del siglo XVI fue el primer guardián de la iglesia y el convento de la orden religiosa La Asunción, construidos en la localidad de Guano para promover el cristianismo en la región.
Se asume que el fraile murió cuando tenía entre 55 y 60 años, y que su cuerpo fue enterrado en la nave central del templo. Sin embargo, el nuevo estudio realizado por investigadores del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural ecuatoriano (INPC), con la colaboración de especialistas extranjeros, ha concluido que los restos no pertenecen al religioso español.
«No sabemos» quién es
Los análisis de datación de carbono y de las prendas de la momia arrojaron que corresponde a un periodo histórico comprendido entre los años 1735 y 1802. Aunque se ha confirmado que la vestimenta pertenecería a un miembro del clero, no coincide con el periodo en que vivió Lázaro de Santofimia.
«No sabemos» a quién pertenece el cuerpo momificado, dijo la directora de Investigación e Innovación del INPC, María Ordóñez. «Puede haber sido un miembro del clero, como puede haber sido una persona asociada con el convento», agregó.
Los análisis del ADN apuntan a que se trataría de una persona mestiza «con más ascendencia europea que indígena», continuó Ordóñez, quien considera que «lo más probable es que no sea san Lázaro», aunque tampoco se atreve a asegurarlo completamente.
Otras de las conclusiones de la investigación es que la muerte de esa persona está relacionada con un caso bastante temprano de artritis reumatoide, lo que suma un elemento más al misterio en cuanto a la momia de Guano.