Un equipo internacional de investigadores ha identificado en Rusia los fósiles más antiguos hasta la fecha de unos parientes extintos de los humanos modernos conocidos como denisovanos u homínidos de Denísova, comunicó el pasado viernes el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana (Alemania), que participó en el estudio.
Los restos, de 200.000 años de antigüedad y pertenecientes a tres denisovanos y a un neandertal, fueron hallados en la cueva de Denísova, ubicada en el macizo de Altái, en el sur de Siberia. Anteriormente, los primeros especímenes denisovanos conocidos tenían entre 122.000 y 194.000 años. Los científicos también descubrieron por primera vez herramientas de piedra relacionadas con esta especie del género ‘Homo’, que habitó en Asia continental, las islas del Sudeste Asiático y Oceanía y fue identificada a través del análisis del ADN de restos óseos descubiertos en 2010 en Siberia.
Utilizando un método biomolecular conocido como huella peptídica o ‘ZooMS’, Katerina Douka, profesora del Departamento de Antropología Evolutiva de la Universidad de Viena, y sus colegas alemanes y rusos se habían centrado en las capas más antiguas del yacimiento y hasta ahora carecían de fósiles humanos. Tras analizar durante los últimos cuatro años 3.800 fragmentos óseos, los científicos identificaron cinco huesos cuyo colágeno coincidía con el perfil de péptidos de los humanos.
«Encontrar un hueso humano nuevo hubiera sido genial, pero ¿cinco? Esto superó mis sueños más salvajes», señaló Samantha Brown, una de los autores del estudio, publicado en la revista Nature Ecology and Evolution. «Nos sorprendió descubrir nuevos fragmentos de huesos humanos que preservan biomoléculas intactas de capas tan antiguas», agrega Douka.
«La cueva de Denísova es un lugar asombroso para la conservación del ADN antiguo y ahora hemos reconstruido los genomas de algunos de los fósiles humanos más antiguos y mejor conservados», afirma el doctor Diyendo Massilani, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, que dirigió los análisis genéticos de los nuevos fósiles.
Los científicos detallaron que los nuevos descubrimientos ayudan a llenar un vacío en cuanto a las adaptaciones arqueológicas de los primeros denisovanos. Los homínidos de Denísova aparecen en el yacimiento durante un periodo interglacial (un periodo cálido en el que el entorno y las temperaturas eran similares a los actuales) y aprovechan la ubicación estratégica de la cueva. Aparecen con una tradición lítica completa, utilizando la materia prima encontrada en el aluvión del cercano río Anui y cazando herbívoros, como bisontes, corzos y ciervos rojos, gacelas y antílopes saiga, e incluso rinocerontes lanudos. Hace entre 130.000 y 150.000 años, los neandertales también aparecen en el yacimiento.
La investigación en la cueva de Denísova continúa mediante un trabajo de campo sistemático y análisis específicos de huesos y sedimentos por parte de un equipo de arqueólogos rusos que permanece acampado en el área durante casi seis meses al año. Se trata del único yacimiento descubierto hasta ahora que contiene pruebas de la presencia permanente de los tres principales grupos de homínidos –denisovanos, neandertales y humanos modernos– en los últimos 200.000 años.