Una escultura de madera más antigua que las Pirámides de Egipto fue descubierta en 1890, por un grupo de buscadores de oro, el objeto fue encontrado en el fondo de una turbera de la cordillera rusa de los Urales.
Más de un siglo después de su descubrimiento, los arqueólogos siguen descubriendo sorpresas sobre este asombroso artefacto, el tótem de tres metros de altura compuesto por diez fragmentos de madera tallados con caras, ojos y extremidades expresivas y decorados con motivos geométricos, llamado ídolo de Shigir.
Thomas Terberger, especialista en prehistoria de la Universidad de Gotinga en Alemania, junto a sus colegas, declaró ante la revista Quaternary International en enero, que las nuevas investigaciones sugieren que la escultura es 900 años más antigua de lo que se pensaba.
Un nuevo estudio apunta a que el ídolo de Shigir fue tallado hace más de 12.500 años en un árbol que ya tenía más de 150 años. Se calcula que en su día medía más de 5 metros de altura cuando estaba completamente montada y tiene líneas en zig-zag grabadas por todo el cuerpo y ocho rostros de aspecto humano tallados en la parte superior.
El equipo alemán y ruso cree que fue tallada al final de la última Edad de Hielo y al comienzo del Holoceno, el periodo geológico actual.
Su compleja iconografía de motivos geométricos y rostros humanos sugiere que las antiguas sociedades Urales y Siberia eran más sofisticadas de lo que se pensaba.
«Las nuevas pruebas de Shigir hacen soñar a los arqueólogos con el aspecto que podría tener el registro arqueológico si los restos de madera se hubieran conservado en mayor abundancia», afirmó, el arqueólogo Olaf Jöris del Instituto de Investigación Arqueológica Leibniz, a The New York Times.
«El ídolo fue tallado durante una época de grandes cambios climáticos, cuando los primeros bosques se extendían por una Eurasia más cálida de finales de la glaciación a la postglaciación», explicó, Terberger a The New York Times.
Los investigadores llevan décadas preguntándose por la edad de la escultura de Shigir. El debate tiene importantes implicaciones para el estudio de la prehistoria, que tiende a enfatizar una visión occidental del desarrollo humano.
En 1997, unos científicos rusos dataron el tótem con carbono hace unos 9.500 años. Muchos miembros de la comunidad científica rechazaron estos hallazgos por considerarlos inverosímiles: reacios a creer que las comunidades de cazadores-recolectores de los Urales y Siberia hubieran creado arte o formado culturas propias, dice Terberger, los investigadores presentaron en cambio una narrativa de la evolución humana que se centraba en la historia europea, con las antiguas sociedades agrícolas del Creciente Fértil sembrando finalmente las semillas de la civilización occidental.
Las opiniones predominantes durante el siglo pasado, añade Terberger, consideraban a los cazadores-recolectores como inferiores a las primeras comunidades agrarias que surgieron en esa época en el Levante. Al mismo tiempo, las pruebas arqueológicas de los Urales y Siberia fueron subestimadas y descuidadas.
En 2018, los científicos, incluido Terberger, utilizaron la tecnología de espectrometría de masas con acelerador para argumentar que el objeto de madera tenía unos 11.600 años de antigüedad. Ahora, la última publicación del equipo ha hecho retroceder aún más esa fecha de origen.