La población mundial podría alcanzar su punto más alto en la historia de la humanidad hacia finales del siglo en curso. Estaría en torno a 11.000 millones de personas en 2100, según el informe World Population Prospects 2019 (Perspectivas Mundiales de Población 2019), elaborado y presentado este lunes por la División de Población de las Naciones Unidas.
El documento confirma una tendencia que los demógrafos advierten desde hace muchos años: la población mundial está envejeciendo debido al aumento de la esperanza de vida y a la disminución de los niveles de fecundidad. Como consecuencia de ese proceso, está aumentando el número de países que experimentan una reducción del tamaño de su población.
De todas maneras, las proyecciones muestran que la población mundial se incrementará en 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, de 7.700 millones en la actualidad a 9.700 millones en 2050, y que se aproximará a los 11.000 millones en 2100.
El informe de la ONU muestra que las tasas de crecimiento poblacional varían mucho de una región a otra. Por ejemplo, se prevé que los habitantes del África subsahariana se dupliquen para 2050. También habrá incrementos importantes en Oceanía, excluyendo Australia/Nueva Zelanda (56%), en África del Norte y Asia Occidental (46%), en Australia/Nueva Zelanda (28%), en Asia Central y Meridional (25%) y en América Latina y el Caribe (18%). En cambio, Asia Oriental y Sudoriental, y Europa y América del Norte, permanecerán estancadas.
La mitad del crecimiento previsto de la población mundial de aquí a 2050 se explicará por solo nueve países: Estados Unidos, India, Nigeria, Pakistán, Etiopía, Indonesia, Egipto, la República Democrática del Congo y Tanzania. En 2027 se espera que India supere finalmente a China como el más poblado del mundo.
Otra de las grandes tendencias de las próximas décadas es el descenso de la tasa de fecundidad, que ya bajó de 3,2 nacimientos por mujer en 1990 a 2,5 en 2019, y seguirá disminuyendo hasta 2,2 en 2050. Se necesita un nivel de fecundidad de 2,1 nacimientos para garantizar la sustitución generacional y evitar la disminución de la población a largo plazo, sin considerar el impacto de las migraciones. Las regiones que están por encima de ese umbral son el África subsahariana (4,6), Oceanía (excluido Australia/Nueva Zelandia) (3,4), África septentrional y Asia occidental (2,9), y Asia central y meridional (2,4).
«Muchas de las poblaciones de más rápido crecimiento se encuentran en los países más pobres, donde el crecimiento de la población plantea nuevos desafíos en los esfuerzos por erradicar la pobreza, lograr una mayor igualdad, combatir el hambre y la malnutrición y fortalecer la cobertura y la calidad de los sistemas de salud y educación, para garantizar que nadie se quede atrás», dice en el documento Liu Zhenmin, secretario general adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU.
Una muestra de la persistencia de diferencias socieconómicas decisivas entre naciones desarrolladas y subdesarrolladas es la brecha que hay en la expectativa de vida. La población de los países más pobres vive siete años menos que el promedio mundial, que aumentó de 64,2 años en 1990 a 72,6 años en 2019, y se espera que aumente aún más, hasta 77,1 años en 2050. La principal razón por la que el promedio de edad es menor es la elevada mortalidad infantil y materna, además de la violencia, los conflictos y los efectos persistentes de la epidemia del HIV.
Lo positivo del incremento acelerado en el número de habitantes en estos países es que implica un aumento en la proporción de individuos en edad de trabajar (de 25 a 64 años). Eso crea oportunidades de crecimiento económico.
Más allá de las desigualdades, la tendencia global es hacia una mayor esperanza de vida. La combinación de que más personas vivan más años con una disminución de la fecundidad es el envejecimiento. Para 2050, una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años (16%), frente a una de cada 11 en 2019 (9%). En 2018, por primera vez en la historia, las personas de 65 años o más superaron en número a los niños menores de cinco.
Una de cada cuatro personas que viven en Europa y América del Norte podrían tener 65 años o más en 2050. Y se prevé que el número de personas de 80 años o más se triplique, pasando de los 143 millones actuales a 426 millones en 2050.
Esto plantea todo un desafío para la sustentabilidad de los sistemas de seguridad social, porque cae la proporción de personas en edad de trabajar y crece la de pensionados. La tasa de apoyo potencial, que compara la relación entre esos dos grupos, está disminuyendo en todo el mundo. En Japón es de apenas 1,8, la más baja del planeta.
En otros 29 países, la mayoría de ellos de Europa y el Caribe, la tasa es inferior a tres. Para 2050, se espera que se sumen otros 48 países, principalmente de Europa, América del Norte y Asia oriental.
Desde 2010 se está verificando un fenómeno que, décadas atrás, era impensable: la reducción de la población por razones demográficas, sin mediar guerras, crisis ni procesos migratorios abruptos. En total, 27 países han experimentado una disminución del 1% o más en el tamaño de sus poblaciones. La causa son los bajos niveles de fecundidad sostenidos.
En 26 naciones se espera que los habitantes disminuyan al menos un 10 por ciento. En China, por ejemplo, se prevé que haya 31,4 millones de personas menos entre 2019 y 2050.
«Estos datos constituyen una pieza crítica de la base de evidencia necesaria para monitorear el progreso global hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030», dice en el informe John Wilmoth, director de la División de Población de las Naciones Unidas.