Una de las marcas de papel de baño que se colocaron en el gusto de los latinoamericanos gracias a su publicidad, es Charmin. Una adorable familia de osos que bailaban cha cha cha y prometían tener el papel más suave y resistente del mercado conquistó al país.
A pesar de su pegajoso estribillo «Cha cha cha… Charmin», que todos llegamos a cantar, su desaparición de los anaqueles fue repentina y silenciosa.
En julio del 2015, la empresa de productos de limpieza Procter & Gamble -dueña de Charmin- anunció una serie de ajustes para reforzar la marca y fortalecer la presencia sus productos líderes. Ese anuncio se complementó con un documento de la firma JP Morgan, en el que se reveló que Procter & Gamble había retirado del mercado algunas categorías de sus productos, incluyendo en papel higiénico y servilletas.
Desde antes que se hiciera oficial esta noticia, los consumidores habituales de Charmin notaron que cada vez era más escasa su presencia en anaqueles de supermercados y tiendas de autoservicio, hasta que finalmente desapareció.
La marca Charmin nació en 1928 gracias a Hoberg Paper Company, una empresa ubicada en Green Bay, Estados Unidos; cuando realizaban las pruebas del producto, uno de los empleados dijo que el papel era «encantador”.
Esa palabra, que en ingles se traduce como «charming», fue la que bautizó al producto, el cual comenzó a tener popularidad en 1932, cuando lanzaron a la venta un empaque que contenía cuatro rollos de papel higiénico.
El éxito del producto fue tal, que Hoberg cambió su nombre a Charmin Paper Company, la cual fue comprada por Procter & Gamble en 1957. El resto es historia.