La resistencia se organiza: frente al proyecto de reforma de la Champions League, susceptible de convertirse en la práctica en una competición cerrada en 2024, las ligas nacionales y al menos 150 clubes europeos se reunirán en Madrid antes de un cónclave crucial con la UEFA.
Bajo la piel de la Liga española (La Liga) y de la asociación de los campeonatos europeos (European Leagues), las instituciones del Viejo Continente han sido invitadas a reflexionar sobre la evolución de las competiciones.
Por lo tanto, está prevista una cumbre en Suiza entre el Comité Ejecutivo de la UEFA, incluido su presidente Aleksander Ceferin, y la dirección de la European Leagues, para un «diálogo general sobre el futuro del fútbol profesional en Europa».
La reunión del martes apunta a ser un encuentro para que las ligas y los clubes más modestos alcancen una posición común ante la UEFA. En particular, uno de los temas de discusión programado en Madrid se titula «Una liga cerrada de facto para los clubes de élite». Tal es el escenario que, según algunos medios españoles, el proyecto permitiría a los seis primeros equipos en el seno de cuatro grupos de ocho clasificarse directamente para la edición siguiente, independientemente de su presente en el campeonato local. Lo que en la práctica favorecería a los gigantes del continente y reduciría la incertidumbre deportiva.
Estas informaciones suscitaron la indignación de los clubes más modestos, pero también de los organizadores de los campeonatos nacionales que temen una posible devaluación de sus competiciones, sobre todo si la reforma se basa el cambio de los calendarios domésticos al incluir partidos europeos que se jugarían el fin de semana.
Algunas figuras del fútbol mundial también criticaron el espíritu del proyecto, como el francés Zinedine Zidane, quien aseguró: «Para los que son (pequeños), es mucho más complicado poder jugar la Liga de Campeones. Vivir un momento como ese para los que no la juegan regularmente, o que la juegan una vez en la vida, es magnífico».
El Barcelona, otro gigante del fútbol español, se declaró opuesto a partidos europeos el fin de semana, apoyando al tiempo una reforma de la Champions League para desarrollar la competición.
En Alemania, Karl-Heinz Rummenigge y Hans-Joachim Watzke, presidentes respectivamente del Bayern de Múnich y del Borussia Dortmund, confesaron que la reforma no les gustaba mucho, pero que estaban dispuestos a alcanzar «compromisos», ya que parece inevitable.
Por su parte, el presidente de la Liga Alemana (DFB) Christian Seifert se opone a esta reforma. El dirigente considera que los partidos internacionales durante el fin de semana son «una línea roja» que no se puede cruzar.
De los 900 clubes europeos invitados el martes, unos 150 han confirmado su presencia en Madrid, pero el diario italiano Gazzetta dello Sport informó que todos los equipos de la Serie A estarán presentes a excepción de los más grandes: Juventus, Inter, AC Milan y AS Roma.