El fútbol mexicano tenía un sitio especial en cada diciembre durante el Mundial de Clubes. Sus clubes se habían clasificado al Mundialito durante los últimos 14 años en la zona de la Concacaf. El que se agrega a esa lista es el Monterrey que tumbó a su repudiado vecino de ciudad, los Tigres, por 2-1. No hay mayor dominio que el de los mexicanos, aunque su límite han sido las semifinales, aún sin superar el nivel de Sudamérica, ni de Europa.
Tuca Ferretti comenzó con Edu Vargas y Jürgen Damm en el partido, pero ninguno de los fue un factor para crear peligro en el primer tiempo. Monterrey complicaba a Tigres con su capacidad contragolpeadora y en dos ocasiones, Rogelio Funes Mori no pudo superar a la defensa felina.
Nada cambió
El segundo tiempo fue un poco mejor para Tigres. Ahí se comenzó a ver un poco más urgido, pero le faltaba claridad. Como en el partido de ida, Tigres tuvo más el balón pero no supo cómo llegarle a Marcelo Barovero.
La mejor oportunidad del equipo visitante llegó en el minuto 55 cuando Chaka Rodríguez envió un centro certero al área. Allí encuentra a Andre-Pierre Gignac quien cabeceó al segundo palo, pero Barovero tuvo una atajada espectacular para evitar el gol del empate en el partido.
Chaka comenzó a ser un factor importante por la banda derecha, bombardeando al área con centros. Esa fue la razón por la cual Diego Alonso decidió hacer un cambio táctico al ingresar a César Montes por Avilés Hurtado. Eso le dio tres centrales a Monterrey para neutralizar el peligro que comenzó a ofrecer Gignac con Valencia.
En el 63, un centro proveniente del lado izquierdo fue pifiado por Luis Quiñones que pudo haber complicado a Barovero.
En el 70, Rogelio Funes Mori ganó un balón y encontró a Nahuel Guzmán adelantado. Su remate de larga distancia se estrelló en el larguero, evitando lo que pudo haber sido la anotación lapidaria en el partido. Es fue el comienzo de un ida y vuelta que tuvo mucho vértigo pero poca precisión en las ideas que querían plasmar.
En el 85, Tigres mostró señales de vida tras meter a Rayados en su propio arco. Un centro al área encontró a Andre-Pierre Gignac quien de media volea espectacular acortó distancias en el marcador, terminando con su maleficio goleador contra el guardameta argentino.
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