Un grupo cordobés patenta y comercializa un sistema que permite refrigerar o calentar el cuerpo a voluntad del usuario.
Un dispositivo para llevar puesto bajo la ropa que genera frío y calor. Es el invento de un grupo de jóvenes de Córdoba que han bautizado como Wendu (temperatura en Chino) y que ha llamado la atención de empresas tecnológicas, deportistas, médicos y fabricantes del sector de la automoción y textil.
Controlado por Bluetooth a través de una aplicación móvil, consigue enfriar una zona hasta los 20 grados o calentarla hasta los 40 grados con una pequeña batería de menos peso que un smartphone y que, para alterar la temperatura, mueve las partículas del interior de cuatro focos que se sitúan bajo las prendas y en contacto con el cuerpo. Puede funcionar entre seis y ocho horas sin recarga.
David Requena, con quien sus compañeros bromean llamándole “dinosaurio” porque sus 33 años le hacen el mayor del grupo, dejó su prometedora carrera como ingeniero electrónico para apostarlo todo con Wendu, empresa de la que es socio el químico y doctor en materiales Francisco Navas.
En dos oficinas de un semillero local para emprendedores de Córdoba, Requena y sus compañeros Juan Fernando Ramírez, Luis Bretones y Sergio Villalobos, han superado los dos años de creación y ensayo de prototipos para empezar a vender (directamente por ahora) las primeras camisetas con el dispositivo acoplado. El precio actual es de 129 euros, aunque esperan conseguir abaratar el precio si amplían el mercado.
Las últimas investigaciones en el campo de la ropa térmica han ido dirigidas a la búsqueda de materiales que consiguen el efecto de enfriamiento al reflejar la luz solar o que dejan escapar la radiación corporal. Científicos de la Universidad de Maryland (EE UU) han creado una tela que regula sus propiedades térmicas en respuesta a los cambios de humedad y temperatura del cuerpo humano. También hay prendas que aportan calor extra, pero a partir de baterías más pesadas y con un gasto energético mayor al estar basadas en resistencias. O que aportan frío al incorporar geles previamente enfriados. Pero estas últimas no refrigeran de forma continua ni permiten dosificar el efecto deseado.
La propuesta de Wendu permite aportar frío o calor a voluntad de su usuario, sin resistencias (la tecnología patentada consiste en la alteración de la vibración de partículas) e independientemente de la respuesta corporal. De hecho, uno de sus primeros compradores ha sido un paciente extremeño que padece una enfermedad que le impide sudar, por lo que no cuenta con los sistemas de termorregulación propios del cuerpo.
También los deportistas se han sumado a la lista de clientes al permitir, con este dispositivo, calentar o enfriar el cuerpo en función de la fase de ejecución de la actividad que desarrollen. Los responsables de Wendu han propuesto el uso de su dispositivo a Gema Victoria Hassen-Bey González, la medallista paralímpica que ha conquistado la cima del Teide en silla de ruedas y que quiere ser la primera en hacerlo de la misma manera en el Kilimanjaro. El dispositivo facilitará calor a las piernas de esta atleta parapléjica.
El dispositivo tiene aplicaciones en el ámbito de la ropa laboral, en elementos de mobiliario como colchones o en la industria de la automoción para los asientos, entre otros campos. Incluso en el ámbito cotidiano, teniendo en cuenta las altas y bajas temperaturas que se registran en verano e invierno. Pero los 200.000 euros invertidos hasta la fecha han dado para lanzar el producto, a la espera de que fructifiquen los contactos con las compañías que se han interesado por el dispositivo.
Los focos de temperatura se han protegido con con siliconas y esmaltes para poder lavarlos. Se conectan a la batería mediante una conexión tipo jack, lo que permite intercambiar las unidades de energía. Tienen una vida útil de entre tres y cinco años.