Nuevos documentos sobre el asesinato del expresidente John F. Kennedy, ocurrido el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, han sido desclasificados por la Administración Nacional de Archivos y Registros (NARA), de Estados Unidos.
Esta liberación, ordenada por el presidente Donald Trump en enero de 2025, incluye 2,400 archivos recientemente descubiertos por el FBI, los cuales arrojan luz sobre aspectos poco conocidos de la investigación.
Entre los detalles más relevantes de los documentos destaca un informe interno del FBI que detalla comunicaciones interceptadas entre Lee Harvey Oswald y un agente no identificado en Nueva Orleans, semanas antes del magnicidio.
El texto sugiere que Oswald, señalado como el único responsable por la Comisión Warren, pudo haber estado bajo vigilancia más estrecha de lo previamente admitido. Otro archivo notable incluye notas de un interrogatorio a un exagente de la CIA, quien afirmó haber recibido órdenes de «monitorear actividades sospechosas» en Dallas días antes del atentado, aunque no se especifica si esto estaba relacionado con Oswald.
Además, los documentos contienen registros de una reunión en 1964 entre funcionarios del FBI y la CIA, donde se discute la posibilidad de que evidencias clave, como grabaciones de audio de la escena del crimen, fueran destruidas intencionalmente para evitar especulaciones sobre una conspiración. Si bien no hay pruebas concluyentes de esto último, estas revelaciones alimentan las teorías que cuestionan la narrativa oficial de un «asesino solitario».
La desclasificación también incluye correspondencia entre el gobierno de Estados Unidos y México, detallando la vigilancia de Oswald durante su visita a la Ciudad de México en septiembre de 1963, donde intentó contactar embajadas soviética y cubana.
Los archivos confirman que la CIA tenía conocimiento de estos movimientos, pero no se tomaron medidas preventivas significativas, un punto que historiadores consideran crucial para entender las fallas de inteligencia previas al asesinato.
Con más del 97% de los cinco millones de páginas del expediente ahora públicas, esta liberación marca un hito en la larga búsqueda de respuestas.