Uno de los grandes objetivos de las principales agencias espaciales es el de un futuro estable en nuestro satélite, hasta el punto de poner en marcha una base lunar funcionando de manera autosuficiente. Para ello, se antoja fundamental el programa Artemis de la NASA, que buscará la vuelta del ser humano a la Luna en el año 2028.
De cara a esa futura llegada y la implantación de una posible colonia lunar, se atisba un problema en el horizonte: la basura espacial. A día de hoy la gestión de residuos en el espacio se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los expertos, quienes han puesto en marcha decenas de iniciativas para ponerle fin. Una de ellas es el programa Luna Recycle de la NASA, una competencia internacional impulsada por la agencia espacial en colaboración con la Universidad de Alabama.
Con un fondo de tres millones de dólares en premios, el reto busca ideas innovadoras para reciclar los residuos espaciales que se generen en las misiones lunares, con el gran objetivo de hacer sostenible la exploración espacial a largo plazo. En un contexto donde cada material y suministro debe ser llevado desde nuestro planeta, hallar nuevas formas de reutilizar los distintos materiales es una necesidad imperante.
«El desafío LunaRecycle pide a los innovadores que consideren cómo se pueden procesar y reciclar diversos flujos de residuos sólidos en un entorno espacial, de modo que sea poco o nada necesario devolver residuos a la Tierra», detalla la oferta millonaria de la agencia estadounidense
El desafío de la NASA, diseñado para atraer tanto a mentes creativas como a expertos en tecnología, ofrece dos distintos tipos de modalidades:
Digital Twin Track: para aquellos que prefieran trabajar en el ámbito digital, esta categoría busca el desarrollo de modelos virtuales que simulen sistemas de reciclaje en la Luna.
Prototype Build Track: por su parte, esta categoría se enfoca en el desarrollo de hardware real, desde componentes hasta sistemas completos que puedan reciclar diferentes tipos de residuos en la Luna.
La convocatoria, abierta desde el pasado mes de noviembre, está disponible para equipos de cualquier parte del planeta. En aquel entonces, la NASA lanzó el concurso con una pregunta clara: «¿Qué se necesita para hacer de una base lunar un lugar limpio y verde?». Con este desafío, la organización confía en que se impulsen las soluciones para la exploración lunar y, al mismo tiempo, que inspire nuevas formas de reciclaje en nuestro planeta.
«Se espera que los equipos presenten enfoques innovadores, detallados y técnicamente sólidos para asegurar la sostenibilidad en el espacio», expone en el anuncio de la NASA.