Mauricio Claver-Carone, enviado especial de la Casa Blanca para América Latina, destacó el papel importante del Presidente Nayib Bukele en materia de seguridad y migración, calificándolo como un “factor relevante” en la región y un “gran aliado” de Estados Unidos en estos temas.
Asimismo Carone, señaló que durante la visita del secretario de Estado Marco Rubio, programada para los primeros días de febrero, se abordará la posibilidad de retomar un acuerdo de cooperación de asilo con El Salvador y fortalecer el combate contra el terrorismo internacional.
La visita de Rubio refuerza la cooperación entre ambos países en materia de seguridad y migración, temas clave en la agenda bilateral.
Por otra parte, la embajada de Estados Unidos en El Salvador dio a conocer esta mañana, la confirmación de parte del Departamento de Estado, sobre la llegada del secretario Marco Rubio a El Salvador la próxima semana.
En su primer viaje a la región, Rubio visitará además Panamá, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana del 1 al 6 de febrero, para promover la cooperación regional en intereses compartidos fundamentales, como detener la migración ilegal y a gran escala, combatir las organizaciones criminales transnacionales y los narcotraficantes, así como contrarrestar a China, indicó el Departamento de Estado en un comunicado.
Ayer jueves, el presidente panameño José Raúl Mulino descartó negociar con Estados Unidos sobre este tema. «Eso está sellado, el canal es de Panamá», dijo en rueda de prensa.
El Salvador, República Dominicana y Guatemala en línea con Trump
También se espera que Rubio aproveche para defender a gobiernos como en el caso de El Salvador, cuyo presidente Nayib Bukele es considerado modélico por su despiadada guerra contra las pandillas.
En República Dominicana, el presidente Luis Abinader puso en marcha una política no muy alejada de la de Trump, con su promesa de expulsar a los haitianos en situación irregular y la construcción de un muro en la frontera con el país más pobre del continente.
En Guatemala, el presidente Bernardo Arévalo, elegido en parte por su promesa de combatir la corrupción, se apresuró a cooperar con Trump aceptando a migrantes expulsados.