El Juventus de Turín, sometido durante todo el partido, inferior en su propia casa, cedió este martes su invicto ante un ‘Stuttgart’ (0-1) que, aunque había errado un penalti en el minuto 86, certificó minutos después una victoria merecida, histórica al ser la primera tras 14 años sin jugar en ‘Champions’, fundamental para mantenerse con opciones de pelear por el ‘play-off’ a octavos de final.
Empató ante el Sparta de Praga y cayó ante el Real Madrid, pero el Stuttgart había dejado muy buenas sensaciones en ambos. Siempre valiente, siempre ofensivo y con un juego propositivo. Tiró 22 veces en este partido, 10 de ellas a puerta. Los italianos solo 7, 1 de ellas a puerta. Datos que ponen de relieve lo sucedido en el partido.
Ante la ‘Juve’ recogió los frutos de un gran partido en el que mereció vencer y en el que apunto estuvo de marcharse con un empate insuficiente tras el fallo desde los once metros de Millot, empequeñecido en el minuto 86 ante el gigante Perin, héroe de la noche juventina hasta que el Bilal Touré acabó con la resistencia en el minuto 92.
Catorce años habían pasado desde la última victoria del Stuttgart en ‘Champions’. Tuvo que sufrir para volver a encontrar la gloria en la máxima competición europea que le fue esquiva hasta el último suspiro. Tuvo la mala suerte de toparse con un equipo que se ha acostumbrado a sufrir esta campaña. Esta ‘Juve’ de Thiago Motta es un equipo rocoso al que cuesta hacerle gol, pero al que también le cuesta horrores marcar.
Esta vez, con su portero suplente -el titular es Michele Di Gregorio- convertido en un muro gigante que repelió toda ofensiva del Stuttgart, desesperado, harto de ver como cada acción acababa en el limbo por culpa del meta italiano, la ‘Juve’ se refugió en un empate que desapareció de entre sus manos.
Porque después de sobrevivir a las ocasiones de Millot, al palo de Demirovic en la primera mitad, a la internada de Vagnoman y a los disparos de Undav, incluido uno que acabó en gol pero que el VAR anuló por mano previa, el gol del Stuttgart llegó de la manera más inesperada.
Fue tras unos últimos minutos de locura. Danilo, en un intento de despejar, no vio llegar a Stiller como un tren y le golpeó en el movimiento con su pierna derecha. El balón ya estaba en poder de Perin, pero el colegiado mandó revisar la acción. Amarilla para DAnilo, que conllevó su expulsión, y penalti para el Stuttgart.
Se responsabilizó Millot, pero Perin estuvo inmenso. Otra vez. Parecía que el partido murió allí. El Juventus Stadium se conformaba con el empate viendo el partido, pero el Stuttgart apretó con un jugador más. Tanto que, en una jugada aislada, rondando el área, el Bilal Touré se inventó un control precioso que le valió de regate, se hizo hueco y fusiló a Perin, rompiendo el muro que había levantado el meta, algo que parecía imposible.
El Stuttgart por fin sonrió en su vuelta a la Liga de Campeones. Catorce años después consiguió ganar. Y lo hizo de manera merecida ante una ‘Juve’ que perdió el invicto de la temporada.