El velerista salvadoreño Enrique Arathoon anunció su retiro de las competiciones de vela. Con la calma y sabiduría que solo la experiencia puede dar, Quique Arathoon compartió su decisión de cerrar este capítulo de su vida deportiva tras casi dos décadas de éxitos, esfuerzo y sacrificio.
Con 32 años de edad y una carrera deportiva que lo ha llevado a participar en tres Juegos Olímpicos consecutivos (Río 2016, Tokio 2020 y París 2024), Arathoon se retira como uno de los más grandes referentes del deporte salvadoreño. Su nombre está inscrito en la historia del deporte nacional no solo por sus logros en la vela, sino también por su integridad y compromiso.
Arathoon empezó su camino en el deporte a una edad temprana, incursionando en la natación, gimnasia y el triatlón, entre otros. Sin embargo, fue el viento y las olas los que capturaron su corazón. Durante unas vacaciones en el Lago Amatitlán en Guatemala, a los ocho años, tuvo su primer contacto con la vela y quedó enganchado. “Me gustó la vela porque te permite estar al aire libre y el reto de aprender a leer algo que no se ve, como es el viento”, recordaba Arathoon sobre aquellos primeros pasos.
A partir de ese momento, su vida fue una constante búsqueda por el éxito deportivo, compitiendo primero por Guatemala y luego, desde 2011, representando con orgullo a El Salvador. Su carrera estuvo marcada por grandes momentos como la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023, un resultado que destaca por haberlo conseguido en casa y frente a su familia.
Además de su éxito en el deporte, Quique también logró equilibrar su vida personal y profesional. Se graduó en Negocios Internacionales en 2018 y ha trabajado en la industria textil en Guatemala. Este balance entre su pasión por la vela y sus responsabilidades fuera del agua fue una prueba más.
El velerista asegura que lograr ese balance entre su trabajo, el matrimonio y el deporte de alto rendimiento fue difícil y muchas veces tuvo que ceder en alguno de ellos, como en este ciclo olímpico que se cerró en París. “Mi familia me apoyó para hacer este ‘last dance’. Al terminar la última regata en París, yo venía con sentimientos encontrados porque sabía que era mi despedida, pero al mismo tiempo estaba viendo a mi esposa y a mi familia en las gradas, saltando, felices y sabiendo que comenzaría una nueva etapa”, comentó.
En sus palabras de despedida en +Deportes Radio, Arathoon mostró gratitud hacia su familia, amigos y el equipo que lo ha acompañado durante todos estos años. Hizo una mención especial a su entrenador Javier Hernández, con quien ha trabajado codo a codo por muchos años. Este retiro, aunque planificado por el atleta, marca el fin de una era para la vela salvadoreña.
Al ser cuestionado por su futuro, Arathoon, que desde los 6 años ha estado vinculado al deporte, asegura que se ve “practicando algún deporte”, que le gusta el “tiro deportivo, sobre todo la modalidad de skeet”, pero que no hay nada definido aún.
El legado de Enrique Arathoon va más allá de las medallas y los títulos. “Mi mayor sueño es que a través de mis resultados y acciones más personas se atrevan a seguir sus sueños”, expresó Arathoon.