Este miércoles inició en Bolivia el segundo día de movilizaciones encabezadas por Evo Morales. A las 6:30 de la mañana partió la denominada “Marcha para Salvar Bolivia” de la localidad de Panduro (Oruro) tras una jornada de enfrentamientos que dejó 17 heridos, según información de la Defensoría del Pueblo. Entre los heridos, se registraron tres civiles y dos senadores, Luis Adolfo Flores y Guido Varela.
La movilización tiene el objetivo de llegar a La Paz el 23 de septiembre en protesta por la gestión del Gobierno y la crisis económica, a lo que se suma la demanda por evitar la proscripción del Movimiento Al Socialismo (MAS) y la inhabilitación de Evo Morales como candidato a las elecciones de 2025.
Según los seguidores de Evo Morales, la marcha cuenta con 20.000 miembros. Sin embargo, el Gobierno calcula que son menos de 3.000. En la primera jornada, que hizo el tramo de Caracollo a Panduro, se registraron enfrentamientos entre los marchistas y seguidores de Luis Arce que esperaban a la columna a la altura de Vila Vila para impedir su paso, en una acción que Morales calificó como “emboscada”.
Tras enfrentarse con piedras y petardos, la marcha continuó su paso. “Los marchistas eran ampliamente superiores en número frente a los que hacían vigilia”, publicó la Agencia Boliviana de Información (ABI). La cifra sobre el número de heridos es incierta: según la Defensoría del Pueblo se registraron 17 heridos en el enfrentamiento y el Gobierno no logra consesuar cifras, la ministra de Salud informó de 26 casos y el ministro de Justicia de 13.
Para algunos funcionarios de Gobierno, el objetivo de la marcha es derrocar al Gobierno y califican la protesta como un intento de golpe de Estado. El ministro de Justicia, Iván Lima, anunció acciones legales contra Evo Morales por este caso. “Es un intento de golpe de Estado (…) como golpista tiene que ser procesado en la vía legal. Ahora es un ciudadano que deberá ser sometido a un proceso por las acciones que está llevando adelante”, manifestó en un contacto con la prensa local.
Los voceros del evismo insisten en que la movilización es una reacción espontánea del “pueblo” ante la incompetencia del Gobierno para atender la crisis y los intentos de inhabilitar a Evo Morales como candidato a la Presidencia. Sin embargo, el expresidente manifestó al inaugurar la marcha: “si el primer y el segundo hombre abandonan al pueblo, está el tercer hombre del Estado, (es decir el) hermano Andrónico Rodríguez (está) con nosotros”.
Andrónico Rodríguez es el presidente del Senado en Bolivia y algunos analistas lo consideran el delfín político de Evo Morales. Con una trayectoria política sindical similar a la del exmandatario, y vicepresidente de las organizaciones cocaleras, Rodríguez, de 35 años, se ha mostrado hasta ahora leal a su mentor. En el primer día de la marcha, acompañó a Morales junto a otros senadores y exautoridades.
Mientras la movilización avanza y el Gobierno advierte con evitar la convulsión e intentos de golpe de Estado, algunas organizaciones como la Defensoría del Pueblo y la Iglesia Católica llaman al diálogo y piden a los tomadores de decisiones evitar la escalada de violencia en el país.
Para el analista Carlos Saavedra este momento es decisivo para el Movimiento Al Socialismo y el escenario político del corto plazo. Evo Morales -sostiene el analista- se está jugando sus últimas cartas y apunta a tensionar el país al punto de hacer caer al Gobierno. Si el senador Rodríguez asume la presidencia, “para Evo Morales sería una ventaja competitiva y una cuota de poder para habilitar su candidatura”, afirma Saavedra y añade que “si cae Luis Arce, no tiene ninguna posibilidad de estructura algo para lo inmediato fuera del Gobierno”.
Otros puntos de conflicto en calles y carreteras del país
La marcha encabezada por Evo Morales está precedida por un bloqueo de caminos organizado por una facción de la organización indígena del altiplano conocida como los Ponchos Rojos, que han cortado algunas carreteras que conectan a la sede de Gobierno con otras regiones. La demanda de este sector es la renuncia del presidente y vicepresidente del Estado.
Por otro lado, en la Asamblea Legislativa Plurinacional se ha instalado una vigilia de simpatizantes de Luis Arce, encabezados por la Central Obrera Boliviana, quienes intentan presionar a los legisladores para que aprueben “leyes sociales” vinculadas al sistema de pensiones y derechos laborales, así como la aprobación de créditos internacionales que solicita el Gobierno.