Un suceso agridulce marca el último día del Festival de Cine de Venecia. En la ceremonia de premiación del evento, la estrella australiana Nicole Kidman fue elegida por el jurado como la ganadora de la Copa Volpi a la Mejor actriz por su papel en la película Babygirl.
Sin embargo, lo que debía ser un momento de celebración quedó marcado por una pérdida inesperada: la repentina muerte de su madre, Janelle Ann Kidman, obligó a la actriz a abandonar el festival poco después de su llegada.
Halina Reijn, directora de la película, tomó el escenario para recibir el galardón en nombre de Kidman. Se supo entonces que la actriz había arribado a la ciudad italiana para asistir a la ceremonia; sin embargo, fue notificada del deceso de su madre y por ello partió de inmediato a su hogar.
Rejin leyó un discurso breve preparado por Kidman: “Estoy en shock, y tengo que ir con mi familia, pero este premio es para ella”.
“Ella me formó, me guió y me hizo ser quien soy. Estoy más que agradecida por poder pronunciar su nombre ante todos ustedes a través de Halina. La colisión de la vida y el arte es desgarradora. Mi corazón está roto”, concluyó el comunicado.
Janelle, madre de la actriz, era profesora de enfermería y también integraba el Lobby Electoral de Mujeres, un grupo feminista australiano.
Kidman recibió muestras de solidaridad de parte de sus colegas y amigos. El director Brady Corbet, quien aceptó el León de Plata al Mejor director por su película The Brutalist, también ofreció sus condolencias a la actriz durante su discurso.