La NASA publicó este miércoles una sorprendente imagen de un conjunto de galaxias ubicadas a 326 millones de años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Hidra. Con ello se propuso conmemorar el segundo aniversario del funcionamiento del telescopio espacial James Webb, el más potente que se ha construido hasta hoy.
La fotografía muestra dos galaxias en interacción, conocidas conjuntamente como ‘Arp 142’, las cuales tienen la apariencia de un pingüino espacial con su huevo cósmico. La NASA explicó que el ‘Pingüino’ es la galaxia espiral distorsionada NGC 2936, mientras que su ‘huevo’ es la galaxia elíptica NGC 2937.
Al mismo tiempo, estimó que ambas galaxias están separadas por una distancia de 100.000 años luz, «bastante cerca» en términos astronómicos. A manera de ejemplificación, la agencia espacial estadounidense detalló que la Vía Láctea y la galaxia Andrómeda, su vecina más cercana, están separadas por unos 2,5 millones de años luz.
Las dos estructuras astronómicas también interactuarán, aunque dentro de 4.000 millones de años. En el caso de Arp 142, la interacción de sus galaxias comenzó hace entre 25 y 75 millones de años. Este acercamiento alteró la forma espiral NGC 2936. Se prevé que las dos galaxias colisionen y se fusionen dentro de cientos de millones de años.
Analizando al dúo cósmico
En la imagen se puede ver que el centro galáctico de NGC 2936 está situado en la cabeza del pingüino cósmico como un ojo brillante. Los brazos desenrollados de la galaxia forman el pico, la cabeza, la espalda y cola del ave acuática.
Por otro lado, se dio a conocer que el polvo y el gas de NGC 2936 está siendo atraídos por una parte de NGC 2936. Esto ocasiona que en el pingüino galáctico existan regiones con una mayor densidad de gas, lo que inducirá a la formación de nuevas estrellas. Estas regiones se pueden observar en el pico, las plumas y colas del animal.
La forma compacta del huevo espacial, en cambio, se ha mantenido prácticamente intacta. No obstante, NGC 2937 está llena de antiguas estrellas, así como de una menor cantidad de gas y polvo que su compañera galáctica, lo que impide que se formen nuevos cuerpos estelares. El hecho de que el pingüino y su huevo tengan relativamente la misma masa ha impedido que una galaxia devore a la otra.
«Con imágenes extraordinarias de rincones del cosmos que se remontan casi al principio de los tiempos, las capacidades del [James] Webb están arrojando nueva luz sobre nuestro entorno celeste e inspirando a futuras generaciones de científicos, astrónomos y exploradores», declaró el administrador de la NASA, Bill Nelson.