El próximo 20 de julio, en el AT&T Stadium en Arlington, Texas, y con transmisión de Netflix, Mike Tyson volverá a subirse a un ring con 58 años. Y lo hará en un combate oficial, a diferencia de su experiencia en 2020, cuando protagonizó una exhibición ante otra leyenda como Roy Jones junior. Su rival será el youtuber Jake Paul, 21 años menor, pero más allá de sus inicios en las redes sociales, con rodaje formal en el boxeo. El evento generó tal expectativa dentro y fuera del ambiente, que esperan que se agoten las 80.000 entradas, incluyendo los tickets vip en el ring side que ascienden a 2.000.000 de dólares.
Ex campeón de los pesados de 2015 a 2020 por el Consejo Mundial de Boxeo (su última pelea fue en diciembre), fue feroz al referirse a este regreso del mitológico deportista, que contó con el aval de la Comisión de Texas, que le dio carácter oficial con las condiciones de que la pelea sea a ocho roundos de dos minutos cada uno y se efectúe con guantes de 14 onzas (más acolchados que los habituales de diez onzas). “A nadie le importa un carajo Mike Tyson”, sorprendió en una entrevista con Sportsbook Review.
“Creo que es malo que la Comisión le haya otorgado la licencia porque no ha estado activo en 20 años. Así que no deberían darle licencia simplemente por quién es, porque así es como la gente sale lastimada. “Dios no permita que se lastime… Es demasiado mayor para esto. Al final del día, a nadie le importa un carajo Mike, porque si lo hicieran no aprobarían la pelea. No quiero que la gente lo recuerde por haber sido noqueado por un YouTuber”, fue su declaración completa.
Ante cada una de las críticas, Iron Mike reaccionó con terminantes respuestas. “¿Estás preocupado o celoso? Dime. Yo no sé. Tengo 58 años, ¿y qué? Recibo miles de millones de visitas solo por hablar con alguien sobre la pelea. Todo el mundo, incluso la mayoría de los deportistas, están celosos. Yo digo: ‘En tu apogeo, no podrías atraer a un millón de personas’. ¿Quién, a sus 58 años, podría llenar un estadio con 80.000 asientos?”, expuso su ego en diálogo con Reuters.
Y, para contradecirlas, se apegó a un plan estricto, primero, en cuanto a conducta personal. “Durante seis semanas no me he drogado ni he tenido relaciones sexuales. Estoy viviendo mi vida de manera disciplinada ahora, así que tendré que luchar disciplinadamente”, confesó. Y, luego, realizó cambios drásticos en su dieta. Tras haberse abrazado al veganismo, hoy consume “carne cruda” en lugar de tofu. “Voy a tener que comerla ahora porque mi oponente va a ser carne cruda”, justificó.