En el Emirates Arena de Glasgow, lo que prometía ser una jornada histórica para la atleta francesa Margot Chevrier, se transformó en un episodio de angustia y dramatismo durante la final del Mundial indoor de atletismo. A sus 24 años, Chevrier enfrentaba su primer intento de superar los 4,65 metros en la competencia de salto con pértiga cuando sufrió un accidente que conmocionó al público presente y a los espectadores alrededor del mundo.
El intento resultó en una caída desafortunada hacia la caja de la pértiga, en lugar de hacia la colchoneta de aterrizaje, causando que su tobillo izquierdo quedara atrapado de tal manera que sufrió una severa fractura. Según su entrenador Grant Brown, “El hueso sobresalía por encima de la piel”, describiendo la gravedad del impacto sufrido por Chevrier.
La saltadora quedó en el suelo gritando de dolor, mientras recibía oxígeno y atención médica urgente. Posteriormente se confirmaría que había sufrido una fractura abierta del astrágalo, un hueso crucial en la articulación del tobillo.
La competencia se vio obligada a una pausa de quince minutos, permitiendo que Chevrier fuera evacuada del recinto en camilla y trasladada a un hospital de Glasgow para recibir el tratamiento ortopédico necesario. La solidaridad del mundo deportivo se hizo inmediatamente presente, con la propia ganadora de la competencia, la británica Molly Caudery, asistiendo a la atleta lesionada hasta la llegada de los servicios de emergencia.
La Federación Francesa de Atletismo emitió un comunicado detallando el incidente: “Finalista mundial por primera vez en su carrera, con un octavo puesto conseguido gracias a un salto de 4,55 m, Margot Chevrier resultó gravemente herida… sufrió una fractura abierta del astrágalo”. Esta lesión plantea un desafío significativo para Chevrier, quien ahora debe enfrentar un proceso de recuperación con la mira puesta en los Juegos Olímpicos de París 2024, un evento de suma importancia en su carrera.
Con un espíritu indomable, Chevrier compartió en Instagram una actualización sobre su estado, incluida una fotografía de su tobillo enyesado, prometiendo a sus seguidores su participación en París 2024 a pesar de los obstáculos: “Fractura abierta del astrágalo. Primera operación mañana por la mañana, segunda en Francia. Haga falta lo que haga falta. París 2024, allí estaré”. También publicó una selfie desde el hospital agradeciendo a sus seguidores por el amor y el apoyo recibido durante este difícil momento.
Los efectos emocionales del incidente se extendieron más allá de la víctima, impactando a competidores como Molly Caudery, quien expresó lo difícil que fue continuar en la competencia tras el accidente de Chevrier. “Fue una competencia muy dura y muy emotiva… Me afectó durante la competencia porque fue muy emotivo, así que quiero enviarles mi amor. Terminé llorando con mi entrenador. Realmente asumo las emociones de otras personas. Intenté alejarme y simplemente no pude. Tuve un minuto para llorar, reiniciar y poder ganar el oro”, relató Caudery, quien además compartió su propia experiencia de superación tras una lesión grave que sufrió en 2021, cuando debió pasar hasta tres veces por el quirófano tras sufrir un accidente en el gimnasio que comprometió uno de sus dedos.