El proyecto Luft Pinoy de despegue y aterrizaje vertical eléctrico (eVTOL), que está siendo desarrollado por la empresa LuftCar, con sede en Florida, en colaboración con la compañía filipina eFrancisco Motor Corporation, ha sido concebido como una novedosa forma de recorrer las 7.101 islas que componen el archipiélago de Filipinas.
Este insólito concepto de vehículo, que espera convertirse en un prototipo a finales de este año, podrá desplazarse tanto por tierra como por aire y funcionará con electricidad o hidrogeno, afirman sus diseñadores.
«Nuestro concepto de vehículo volador y de carretera está hecho a medida para conectar los archipiélagos y servir a los sectores de carga, ambulancia aérea, turismo y transporte regional», aseguró Santh Sathya, director ejecutivo de LuftCar. «La propulsión por hidrogeno atenderá las necesidades de transporte de larga distancia y carga pesada de la región», añadió.
El diseño del Luft Pinoy es bastante sencillo, siendo su componente principal un miniván personalizable propulsado por una pila de combustible de hidrógeno o un sistema de baterías eléctricas para el tránsito por carretera.
El miniván dispone de un «armazón» metálico que se acopla a un fuselaje eVTOL, que cuenta con cuatro hélices y su propio sistema de alimentación de hidrogeno. De este modo, la furgoneta se convierte en un pequeño avión que puede despegar y aterrizar verticalmente sin necesidad de pista.
Este diseño permite al Luft Pinoy aterrizar en una pista local, desacoplar su fuselaje y continuar el resto de su viaje por carretera, lo que elimina la necesidad de vehículos secundarios para transportar carga desde aeropuertos o helipuertos hasta su destino final.
Sin embargo, aunque el prototipo de Luft Pinoy se lance este año, es probable que su comercialización se vea lastrada por la falta de legislación sobre el uso de coches voladores. Actualmente, los coches voladores deben acatar todas las normas de circulación de cualquier automóvil, así como las restricciones de las aeronaves pequeñas, como no poder despegar o aterrizar en una carretera común, salvo en caso de emergencia.