El Santiago Bernabéu recurrió a uno de sus héroes habituales de la última década para solventar un partido que se le había vuelto un crucigrama. Este domingo, el Real Madrid venció 1-0 al Sevilla gracias a un golazo de Luka Modric, el “eterno” mediocampista que se ha visto relegado a un rol de suplente habitual esta temporada.
La plaga de lesiones en el Real Madrid obligó a Carlo Ancelotti a formar con lo que tenía disponible. Lo llamativo es que, ni con tantas bajas, Modric encontró lugar en la formación de arranque. En el banquillo esperó su turno junto a prácticamente puros juveniles y cuando más le necesitaron, el Balón de Oro del 2018 puso de pie al Bernabéu con esa magia que parece inagotable.
Pudo ser goleada de haber sido una noche con puntería, como bien un empate sin goles por la resistencia que el Sevilla montó al paso de los minutos. Lo cierto es que al Real Madrid le anularon un gol antes del minuto 10 por una presunta falta de Nacho Fernández recuperando el balón que, a la postre, terminaría en las redes visitantes por medio de Lucas Vázquez.
El VAR le “rascó” hasta el mínimo detalle y encontró un toque de Nacho en el pie de En-Nesyri para invalidar el gol del Real Madrid, ante el reproche de los aficionados, jugadores y hasta un molesto Carlo Ancelotti, que se llevó la amonestación.
El Sevilla, con Sergio Ramos como capitán en el regreso a la que fue su casa por 16 años vestido de blanco, soportó bien plantado en defensa lo que el Real Madrid buscaba. Sin Jude Bellingham ni Joselu disponibles por lesiones, los blancos apostaron por Vinicius, Rodrygo y Brahim en una formación sin 9 nominal, pero el más peligroso fue Fede Valverde.
Un cañonazo de Valverde al 43′ obligó al noruego Orjan Nyland a sacar a una mano con un lance espectacular. Al inicio del complemento, otra vez el uruguayo puso el peligro para el Madrid con un remate al poste, pero se negaba la ventaja para los de la capital.
El líder de LaLiga se prendió a partir de entonces con una serie de llegadas de Vinicius y de Rodrygo, aunque una atajada de Lunin a bocajarro evitó lo que pudo ser el premio para el Sevilla, que se quedó con la miel en los labios.
Como anécdota quedará la lesión del árbitro Isidro Díaz a la hora de juego. Entre gritos de “Vete al hospital” y “Que entre Negreira”, los aficionados blancos despidieron al que veían como “villano” -hasta ese momento- del empate sin tantos.
Con un cuarto de hora por jugar, Ancelotti mandó a Luka Modric a “salvar” al Real Madrid y así lo hizo. Desde afuera del área, previo control dirigido excelso, el número 10 le pegó con la parte interna para vencer a Nyland y hacer explotar al Santiago Bernabéu, que celebró a uno de sus históricos, cuyo futuro parece estar lejos de la Casa Blanca para el siguiente año, pero que, por hoy, fue la figura que los mantiene con 8 puntos de ventaja sobre el Barcelona.