Hay errores que salen caros. El año pasado, el fondo soberano noruego perdió 980 millones de coronas, unos 86 millones de euros, por un simple error de cálculo provocado por una casilla mal colocada en su gigantesca hoja de cálculo. Un error humano que ha provocado pérdidas millonarias y vuelve a mostrar cómo la falta de controles y revisión tiene un impacto enorme.
A través del Financial Times descubrimos los detalles de esta historia. El Norges Bank ha explicado que en febrero encontraron un «error de cálculo en la composición del índice». Una vez descubierto el problema lo revertieron, pero debido al enorme tamaño de estos fondos nacionales el impacto fue de «0,7 puntos», lo que obligó a rebajar los beneficios obtenidos de unos 118.000 millones de coronas noruegas a unos 117.000 millones de coronas. En concreto una diferencia de 980 millones de coronas.
Hay hojas de cálculo demasiado importantes
Si este minúsculo error hubiera ocurrido en otras cuentas, la diferencia no habría sido tan significativa. Pero con fondos nacionales donde se mueve una cantidad de recursos excepcional, cualquier desviación tiene una gran relevancia en términos absolutos.
¿Qué pasó para este error de cálculo? Una sencilla equivocación humana. Un clic mal hecho.
Según describe un informe interno, el origen es un empleado al que se refieren simplemente como «Simon». La descripción no tiene precio:
«Mi peor pesadilla. Fue un error manual. Mi error. Utilicé la fecha equivocada, el 1 de diciembre en lugar del 1 de noviembre, como estaba claramente marcado».
Hasta unos meses después no se descubrió el error, ya que los números de final de año no coincidían. Rápidamente se identificó el problema y se corrigió, pero el daño ya estaba hecho.
En el informe se describe que Patrick du Plessis, responsable de monitorización de riesgos del fondo nacional noruego (NBIM) se sintió «físicamente enfermo» cuando le explicaron lo que había ocurrido.
La historia de este error de excel ha sido una lección para los directivos del fondo noruego. Nicolai Tangen, su CEO, explicaba en una conferencia en enero de 2024, cómo un «error decimal costó unos 900 millones».
Y el impacto que esto tiene. Como describe el propio directivo: «Imagina que llegas a casa de trabajar un día y descubres que un error ha costado 40 camas de hospital, 80 terrenos de fútbol y un túnel en la costa oeste».
Un error lo comete cualquiera
Lo más sorprendente es quizás la reacción. «Simon» no fue despedido. Según explican desde el NBIM, ese error les hizo más conscientes y si se pudo solucionar rápido es porque «nadie intentó taparlo y ninguna cabeza fue cortada».
Para muestra el correo que recibieron «Simon» y Patrick du Plessis una vez pasó todo, por parte del CEO:
¡Estas cosas pasan! Llevamos a cabo una operación compleja y lo que más me sorprende es que históricamente hemos tenido muy pocos o ningún incidente como este. Ambos sois súper profesionales y contribuyentes importantes al éxito de NBIM.
Actualmente Patrick du Plessis todavía sigue trabajando como responsable de riesgos del fondo nacional noruego.