La llegada de las Apple Vision Pro ha generado un nuevo interés por la tecnología de realidad aumentada (RA) y mixta (RX), que permite acceder a diferentes soluciones y funciones interesantes para el día a día. Sin embargo, otra cara de esta realidad son los problemas de salud que se desprenden del uso de estos dispositivos, que pueden afectar la condición física y mental de los usuarios.
Los efectos negativos pueden impactar aspectos como la visión de las personas y también generar situaciones como aislamiento social y problemas para percibir la diferencia entre la realidad que se consume dentro del dispositivo con la del entorno con las demás personas.
Problemas de salud mental que puede generar la RA
Uno de los principales problemas asociados con el uso de gafas de realidad aumentada es el aislamiento social. Al entrar continuamente en un mundo virtual, los usuarios corren el riesgo de desconectarse del mundo real y descuidar las interacciones y relaciones interpersonales
Este aislamiento puede reducir la calidad y cantidad de relaciones personales, lo que puede tener un impacto negativo en el bienestar emocional y mental de los individuos.
Además del aislamiento social, la dependencia de la tecnología es otro riesgo importante. Las gafas de realidad aumentada ofrecen una amplia gama de funcionalidades, desde tareas relacionadas con el trabajo hasta el entretenimiento y la comunicación.
Sin embargo, una dependencia excesiva de estas gafas puede mermar la capacidad de las personas para desconectar y mantener un equilibrio saludable entre el mundo digital y el real. Esta dependencia puede provocar comportamientos adictivos y dificultades para relacionarse con el entorno físico y las personas que les rodean.
Además de estos aspectos, existen preocupaciones sobre la distracción y la reducción de la atención que pueden surgir con el uso prolongado de gafas de realidad aumentada. La inmersión constante en un entorno virtual puede distraer a los usuarios, comprometiendo su productividad y capacidad para interactuar eficazmente en entornos sociales fuera de ese ambiente. Esto puede afectar al rendimiento académico y laboral, así como a las habilidades de comunicación interpersonal.
El uso de gafas de realidad mixta también plantea problemas de privacidad y seguridad. Estos dispositivos se basan en diversos sensores y cámaras para captar y procesar datos personales y del entorno.
La recolección y almacenamiento de estos datos plantea cuestiones sobre cómo se procesan, comparten y protegen. Algo que se ve complementando por el miedo constante a una posible filtración de la información, por el uso equivocado de los dispositivos o por un acceso no autorizado.
Problemas de salud física por el uso de RA
Además, también existe una serie de preocupaciones sobre la salud física, como la fatiga ocular y los dolores de cabeza. Algo que va muy ligado al riesgo de que estas tecnologías provoquen una desconexión emocional de las interacciones y experiencias de la vida real.
Las personas pueden tener dificultades para conectar plenamente y empatizar con los demás, ya que el entorno virtual puede limitar la percepción de las señales no verbales y los matices emocionales. Esta desconexión emocional puede provocar dificultades para establecer y mantener relaciones significativas, lo que repercute en el bienestar social.
A esto se suman problemas menos graves, pero que son molestos y que pueden generar consecuencias más grandes a futuro, como situaciones de mareos, náuseas o desorientación, ya que la combinación de elementos digitales en entornos reales puede ser difícil de entender para ciertas personas y causar un impacto en su cerebro.
Las recomendaciones no son dejar de acceder a esta tecnología, sino que al igual que sucede con otros dispositivos, se debe hacer un uso consciente y regulado, con tiempos concretos, tareas específicas y siempre complementar las actividades en realidad aumentada con tareas en entornos reales y con personas