Un grupo de científicos aseguró haber encontrado pruebas más claras que confirmen la existencia de un vasto y joven océano interior en una de las lunas de Saturno, Mimas. La investigación fue publicada en la revista especializada Nature y busca afianzar esta idea sobre la “Estrella de la Muerte” que, hasta el momento, no se había podido asegurar con certeza.
El estudio estuvo encabezado por un grupo de astrónomos franceses que se basaron en la observación y el análisis de los cambios en la órbita y la rotación de la mini luna, tras lo que pudieron concluir que es probable que exista un océano oculto debajo de la corteza helada, a unos 20 o 30 kilómetros. Esta teoría refuta la que sugería que en esa zona existía un núcleo rocoso alargado o un océano global. Asimismo, según se pudo determinar a partir de estas evaluaciones, este curso de agua interior tendría entre 5 y 15 millones de años, por lo que sería demasiado joven para marcar la superficie de la luna.
El coautor del estudio, Valery Lainey, del Observatorio de París, precisó que este océano llena la mitad del volumen de Mimas aunque apenas representa entre el 1.2% y el 1.4% de los océanos de la Tierra dado el pequeño tamaño de la luna en la que está ubicado. Por otro lado, su temperatura general rondaría el punto de congelación aunque en el fondo marino ésta podría aumentar y ser más cálida.
La luna, en tanto, cuenta con un diámetro de 400 kilómetros -por eso muchos la describen como mini- y tiene muchos cráteres aunque carece de las fracturas y los géiseres del satélite Encélado de Saturno y Europa de Júpiter; éstos son señales típicas de actividad subterránea. Inclusive, la principal diferencia entre Mimas y Encélado es que la primera está llena de cráteres -con el segundo de impacto más grande de cualquier luna en el sistema solar, por lo que suele ser comparada con la estación espacial ficticia de la Estrella de la Muerte de la saga “Star Wars”- y la segunda es lisa.
Además, ya se conoce un océano helado en el interior de Encélado aunque no se sabía con certeza que había debajo de la superficie de Mimas.
Según Lainey, “Mimas probablemente fue el lugar más improbable para buscar un océano global y agua líquida, en términos generales” y aunque “eso parece un mundo potencialmente habitable, nadie sabe cuánto tiempo será necesario para que surja la vida”.
En tanto, Nick Cooper, de la Universidad Queen Mary de Londres celebró el hallazgo de estas muestras que comprueban la existencia de un océano de agua líquida “extremadamente joven” y aseguró que ésto convierte a la luna en cuestión en el primer candidato para el estudio del origen de la vida. De hecho, se cree que los procesos recientes sobre Mimas pudieron haber sido comunes en las primeras etapas de formación de otros mundos helados.
“La idea de que unas lunas relativamente pequeñas y heladas puedan albergar océanos jóvenes es inspiradora”, concluyeron por su parte Matija Cuk, del Instituto SETI, y Alyssa Rose Rhode, del Instituto de Investigación del Suroeste, en una editorial que acompañaba al artículo con el estudio.
Dos de los satélites de Saturno, Mimas y Encédalo, fueron descubiertos en 1789 por William Hersel y ambos tienen órbitas no lejanas, son similares en tamaño y tienen superficies heladas. Sin embargo, la principal diferencia entre ambas es que la primera está llena de cráteres y la segunda es lisa.