Una de las tormentas que ha vertido la mayor cantidad de agua en la historia del sur de California desató al menos 475 deslaves en el área metropolitana de Los Ángeles después de dejar casi la mitad de sus lluvias estacionales en cuestión de dos días. Y las autoridades advierten que la amenaza aún no ha pasado.
El Servicio Meteorológico Nacional emitió una inusual alerta de tornado para el condado de San Diego. El aviso fue cancelado poco después, y los meteorólogos explicaron que la tormenta ya no tenía la capacidad de producir un tornado, incluso si brevemente convirtió en ríos las avenidas de la ciudad.
Los funcionarios expresaron alivio por el hecho de que la tormenta aún no hubiera cobrado vidas ni provocado un desastre mayor en Los Ángeles a pesar de su tamaño e intensidad, y de que derribó casi 400 árboles. Sin embargo, se informó de siete decesos en otras partes del estado, incluido uno a primeras horas del martes en la frontera con México, donde alguien que intentaba ingresar a Estados Unidos fue arrastrado por la corriente en el canal del río Tijuana, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
En Los Ángeles, la alcaldesa Karen Bass agradeció a los residentes por cumplir con los llamados a permanecer fuera de las calles e instó a la población a quedarse en casa hasta la noche del martes, cuando se tiene previsto que se detengan las lluvias.
“Los Ángeles puede lidiar con desafíos muy grandes. Y si permanecemos unidos, saldremos adelante”, afirmó.
La tormenta de lento desplazamiento que llegó el domingo a la ciudad y luego se estacionó aún podría arrojar aproximadamente 2,5 centímetros (1 pulgada) de agua en cuestión de una hora, indicó el Servicio Meteorológico. Esto podría resultar particularmente peligroso debido a que el terreno ya se encuentra saturado tras el paso de ríos atmosféricos consecutivos que golpearon al estado en menos de una semana.
Los equipos han respondido a 383 aludes, y siete edificios han sido declarados inhabitables, señalaron funcionarios. Otros 10 edificios fueron marcados para que los residentes puedan ir a recoger sus pertenencias, pero no pueden quedarse en el lugar debido a los daños.
Bass dijo que la ciudad aún no tiene las cifras totales de viviendas dañadas por la tormenta, y destacó que los albergues de la ciudad ya se encuentran a su máxima capacidad.