Las grandes concentraciones magmáticas de helio encontradas dentro de rocas ígneas árticas podrían ser la evidencia de una lenta fuga en el núcleo de la Tierra, informó este mes la revista Nature, que recoge un estudio realizado por científicos estadounidenses.
Los geólogos sostienen que el helio encontrado en lavas solidificadas hace 62 millones de años en la isla de Baffin, Canadá, estaría saliendo a la superficie desde el núcleo, donde quedó atrapado durante la formación de nuestro planeta.
El helio es raro en la superficie del planeta, explica el científico Forrest Horton, autor principal del estudio, citado por CNN. «A medida que la porción rocosa de la Tierra se agita y se convecta como el agua caliente en una estufa, el material asciende, se enfría y se hunde. Durante la etapa de enfriamiento, el helio se pierde en la atmósfera y luego en el espacio», aclara. Por lo tanto, cualquier rastro del elemento encontrado en roca volcánica debería haber venido del interior.
El helio que se escapa del núcleo de la Tierra no tiene ningunas implicaciones negativas para el planeta, subraya Horton. El gas noble no reacciona con la materia, por lo que no tendrá impacto en la humanidad ni en el medio ambiente, argumenta.
Asimismo, en las lavas erupcionadas de la isla de Baffin se ha descubierto neón, cuya cantidad también coincide con las condiciones presentes cuando la Tierra estaba en formación hace miles de millones de años. El equipo de exploración quiere investigar ahora si el núcleo terrestre contiene otros elementos ligeros.
«¿Es el núcleo un depósito importante de elementos como el carbono y el hidrógeno, que son tan importantes en términos de habitabilidad planetaria? Si es así, ¿han influido los flujos de estos elementos desde el núcleo en la evolución planetaria a lo largo de la historia?», se pregunta Horton.