Un Bayern de Múnich irreconocible sufrió para derrotar (1-3) al Galatasaray, que perdonó una goleada en la primera mitad y que terminó siendo derrotado en un intercambio de golpes en el que los germanos siguen demostrando ser imparables. Los de Thomas Tuchel encarrilan su pase de la fase de grupos como líderes del Grupo A.
Salió algo mejor el Galatasaray al partido y dominó en los primeros minutos, pero aprovechó el Bayern una contra para estrenar el marcador. Fue Sané quien asistió a Coman, que recibió el balón totalmente solo en el área, controló y la cruzó ante Muslera.
No bajó los brazos el cuadro turco y acto seguido perdonó el empate en un remate acrobático de Aktürkoglu que sacó Ulreich a córner con un paradón. Insistía una y otra vez el Galatasaray, y el propio Aktürkoglu la tuvo de nuevo en un claro remate a bocajarro que mandó por encima de la portería, tras cazar un rechace del meta. También pudieron empatar Icardi a la salida de un córner y Torreira, con un remate que buscaba la escuadra, pero que salía desviado para fortuna de un Bayern que, pese a ir ganado, no se encontraba nada cómodo sobre el terreno de juego.
El 1-1 era cuestión de tiempo, y terminó llegando en el minuto 29 en un penalti cometido doblemente por Kimmich y Kim Min-jae sobre Icardi que el propio delantero argentino se encargó de transformar a lo Panenka.
Pero el vendaval ofensivo turco no cesó tras el gol. Seguía sin reaccionar un Bayern irreconocible en ataque y que pudo marcharse al descanso incluso con derrota si Aktürkoglu e Icardi hubiesen estado más acertados en un mano a mano con Ulreich y en un remate a placer en la frontal del área pequeña.
Tras la pausa, el duelo derivó en un ida y venida con ocasiones para ambos conjuntos. Y ahí no hay quien pare al Bayern. Sané lo intentaba por partida doble para el Bayern, una de ellas muy clara, pero Torreira respondía con un peligroso remate de cabeza al lateral de la red.
Hasta que Harry Kane, inédito hasta entonces, apareció cuando más le necesitaba su equipo y puso el segundo con un remate en área pequeña. Ya con la victoria en el bolsillo, el ariete inglés le devolvió la asistencia a Musiala, que sentenció con un engañoso 1-3 que para nada reflejaba lo vivido en el ‘infierno turco’.
