En la Isla Sur de Nueva Zelanda, los conservacionistas han liberado a varios ejemplares de una especie de ave no voladora que durante décadas estaba considerada como extinta, informa New Zealand Herald.
Se trata del calamón takahé, que puede llegar a medir unos 50 centímetros de altura y vive en las montañas. La semana pasada fueron liberadas nueve parejas de esta especie en el valle de Wakatipu del lago Waimaori, donde no se había visto a esta ave desde hace unos 100 años.
Para los Ngai Tahu, la tribu originaria de la región, esto es especialmente importante porque marca el regreso de las aves con las que convivían sus antepasados.
Como muchas aves de Nueva Zelanda, los takahé han evolucionado sin mamíferos terrestres nativos a su alrededor y se han adaptado para llenar nichos del ecosistema que otros animales podrían haber ocupado. Según los fósiles de los calamones, su presencia se remonta al menos al Pleistoceno prehistórico, reporta The Guardian.
Los takahé fueron declarados formalmente extintos en 1898, luego de que su reducida población quedara devastada por la llegada de los armiños, gatos, hurones y ratas que llegaron con los colonos europeos. Los calamones fueron redescubiertos en 1948 y, en la actualidad, su población es de aproximadamente 500 ejemplares. El Departamento de Conservación neozelandés estima que el crecimiento de la población de esta especie es de alrededor del 8 % anual.
«Tienen un aspecto casi prehistórico», comentó Tumai Cassidy de la comunidad Ngai Tahu. «De frente, sus cuerpos pueden parecer casi perfectamente esféricos; combinados con su plumaje azul verdoso, parecen un modelo del planeta Tierra posado sobre dos patas largas y de color rojo brillante», precisó.