Más de 1,2 millones de personas han sido evacuadas de las zonas inundadas en la provincia de Hebei, en el norte de China, donde las aguas han empezado a retroceder tras el cese de las lluvias torrenciales que asolaron la región en los últimos días, se informó el viernes.
Debido al impacto conjunto del tifón Doksuri y corrientes de aire frío y cálido, las lluvias torrenciales se prolongaron durante casi 144 horas en Hebei entre las 08:00 hora local (00:00 GMT) del 27 de julio y la misma hora del 2 de agosto, con una precipitación media de 146,2 milímetros en toda la provincia, informó anoche el diario local Global Times.
La precipitación total de 27.500 millones de metros cúbicos fue equivalente al doble de la capacidad total de todos los embalses grandes y medianos de la provincia.
En toda la provincia, de una superficie similar a la de Uruguay y con más de 70 millones de habitantes, se utilizaron siete zonas de almacenamiento para desviar 1.800 millones de metros cúbicos de agua, lo que contribuyó a la desviación de las inundaciones y evitó el colapso de los embalses.
Según Li Na, subdirectora del Departamento de Recursos Hídricos de Hebei, citada por la cadena estatal CCTV, la precipitación media en la localidad de Zhuozhou ascendió a 398 milímetros hasta el miércoles por la noche durante las recientes tormentas.
«A pesar de la disminución de las lluvias, se necesitará tiempo para que los niveles de agua desciendan», indicó Li.
El Centro Meteorológico Nacional anunció que las lluvias se han trasladado al noreste del país desde el miércoles con la posibilidad de lluvias «extremadamente fuertes». Está previsto que los efectos todavía activos del tifón Doksuri causen intensas precipitaciones en el noreste, donde ya se hubo inundaciones.
El Doksuri, que recorrió China de sur a norte, dejó hasta ahora al menos 22 muertos y cientos de miles de evacuados, además de provocar lluvias en Pekín de un volumen no visto desde hace 140 años.
Las autoridades chinas advirtieron de un alto riesgo de inundaciones y tifones en agosto.
En 2021 y 2022, los veranos estuvieron marcados por unas precipitaciones de una intensidad inédita en décadas en el centro del país, con más de 300 muertos, y una persistente sequía en el centro y el sur.
Song Lianchun, meteorólogo del Centro Meteorológico Nacional, declaró entonces: «No podemos decir que un evento meteorológico extremo está directamente causado por el cambio climático, pero, a largo plazo, el calentamiento global causa un aumento de la intensidad y la frecuencia de dichos eventos».