Al menos 512 personas han muerto y otras 4.193 han resultado heridas debido a los combates que se desarrollan en Sudán desde hace once días entre el Ejército y el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), informó el Ministerio de Salud sudanés.
“Hay 4.193 heridos y 512 muertos en el país, entre ellos 2.403 heridos y 163 muertos en el estado de Jartum”, indicó el departamento en un comunicado publicado en su página de Facebook.
La nota, que no especificó si el balance de víctimas incluye a civiles y combatientes, apuntó que los cuatro estados más afectados por el conflicto son el de la capital, Jartum y los de Darfur Occidental, Darfur del Sur y Darfur Central, todos ellos en el oeste de Sudán.
Asimismo, apuntó que tras la entrada en vigor la madrugada del lunes de una tregua de 72 horas mediada por Estados Unidos, al menos tres personas murieron y 23 resultaron heridas solo en Jartum, donde continúan los enfrentamientos de baja intensidad a pesar del armisticio.
Por su parte, el Sindicato de Médicos sudanés alertó en otro comunicado que el 72 % de los hospitales en las áreas donde se desarrollan los combates “están fuera de servicio”, es decir, 59 de los 82 centros médicos de la capital y otros estados.
Con todo, tan solo hay 23 hospitales “en funcionamiento total o parcial”, mientras que algunos de ellos solo brindan servicios de primeros auxilios.
El sindicato alertó de que la falta de personal médico, de suministros, medicamentos y material quirúrgico, así como de agua potable y de electricidad, están amenazando el cierre del resto de hospitales en funcionamiento.
Por otra parte, denunció que desde que estallaron los enfrentamientos el pasado 15 de abril un total de 14 hospitales fueron bombardeados y otros 19 fueron “evacuados por la fuerza”, mientras que seis ambulancias “fueron atacadas”.
Los combates estallaron hace once días tras semanas de tensión sobre el proceso de reforma del Ejército y la inclusión de las FAR en las fuerzas regulares, algo que desató una lucha de poder entre el líder de las Fuerzas Armadas, Abdelfatah al Burhan, y el comandante de los paramilitares, Mohamed Hamdan Dagalo.
El conflicto, que además está provocando una ola de desplazados, ha interrumpido el proceso de transición democrática que estaba en marcha en Sudán para poner fin al golpe de Estado de 2021, que fue perpetrado conjuntamente por Al Burhan y Dagalo para deponer al Gobierno civil instaurado tras el derrocamiento del exdictador Omar al Bashir en 2019.