El número de víctimas mortales por las fuertes lluvias que devastaron las zonas costeras del estado de Sao Paulo, en el sureste de Brasil, ascendió a 49 personas, mostraron las cifras oficiales el jueves, mientras las ciudades de la región se preparan para más aguaceros en los próximos días.
El número de víctimas aumentó desde las 48 registradas el miércoles, informó el Gobierno del estado de Sao Paulo en un comunicado, pero decenas de personas siguen desaparecidas y continuaban las labores de búsqueda y rescate.
La ciudad de Sao Sebastiao, ubicada a unos 200 kilómetros de Sao Paulo, se llevó la peor parte, con 48 de las víctimas mortales registradas, aunque también se vieron afectadas localidades cercanas como Ilhabela, Caraguatatuba, Bertioga y Ubatuba.
Las lluvias torrenciales han provocado corrimientos de tierra e inundaciones desde el pasado fin de semana en las ciudades costeras del estado más rico de Brasil, que hasta ahora ha recibido más de 600 milímetros de precipitaciones, la cifra acumulada más alta jamás registrada en el país.
El Gobierno dijo que se esperan más lluvias en los próximos días, ya que la humedad procedente del océano Atlántico y de la selva amazónica, unida a un tiempo nublado aunque caluroso, crea condiciones para «chubascos de moderados a fuertes».
Un portaviones que será utilizado como hospital flotante se sumó este jueves a la atención a las víctimas de las tempestades. El navío, el mayor de la Marina brasileña, fue anclado frente a la costa de la ciudad de Sao Sebastiao.
El ministro de Integración, Walder Góes, dijo que en el buque se ha instalado un hospital que cuenta con 300 camas y medio centenar de médicos, que atenderán a parte de los cientos de heridos que están ingresados en los saturados centros de salud de la ciudad.
Además, precisó que el portaaviones ha llegado a la zona con ocho helicópteros, que participarán en el rescate de personas que seguían aisladas debido al desastre causado por las que son consideradas las lluvias más voluminosas vistas en el litoral de Sao Paulo.
Además de dejar 49 muertos, 36 desaparecidos y cerca de 3.000 personas sin hogar, las tempestades que barrieron esa turística región de playas tuvieron un gravísimo impacto en la infraestructura y destruyeron trechos de numerosas carreteras, que aún no han sido totalmente reabiertas al tráfico.
Las lluvias fueron torrenciales sobre todo los pasados domingo y lunes, cuando aún muchos turistas estaban en la región disfrutando el largo festivo de Carnaval, la celebración popular más importante del país.
El gobernador de Sao Paulo, Tarcísio Gomes de Freitas, explicó este jueves que ya algunas carreteras han sido liberadas y precisó que cerca de 14.000 automóviles han podido salir de las zonas de más riesgo en las últimas 48 horas.
“Obviamente, el tránsito está lento, hay mucho barro todavía en todas las carreteras y las labores de limpieza continúan”, apuntó el gobernador, quien aclaró que todavía algunas de esas vías sólo están habilitadas para “ambulancias y vehículos de emergencia”.
Gomes de Freitas también dijo que la búsqueda de desaparecidos se concentra ahora “en cinco grandes frentes”, cuatro de ellos situados en la localidad de Sao Sebastiao y otro en la vecina Ubatuba, en la que también se han registrado fuertes deslizamientos de tierra por causa de las lluvias.
Según el gobernador, este jueves ya se habían restablecido casi por completo el servicio de agua y las telecomunicaciones en todo el litoral, lo cual facilitará la atención a las víctimas del desastre.
Gomes de Freitas agradeció el “enorme apoyo” recibido tanto del Gobierno federal como de toda la sociedad, que se ha hecho presente mediante donaciones de miles de toneladas de alimentos, ropa y medicinas.
Sin embargo, alertó de que las autoridades han comprobado la existencia de “falsas campañas que se aprovechan de la solidaridad” para recoger donaciones que luego no llegan a los destinatarios, lo cual afirmó que será “reprimido con toda la fuerza de la ley”.