El Reino Unido considerará el jueves imponer restricciones de COVID-19 para las llegadas desde China, incluido el requisito de testeos negativos para coronavirus, informó el diario The Telegraph.
Se espera que los funcionarios del Departamento de Transporte, Ministerio del Interior y el Departamento de Salud y Atención Social (DHSC) decidan este jueves si el Londres debe seguir el ejemplo de Washington y Roma en la imposición de restricciones de COVID para los viajeros de China, según el citado medio.
El portavoz del primer ministro había dicho el miércoles que las restricciones “no eran algo que estuviéramos analizando”.
En declaraciones al diario The Telegraph, Paul Charles, director ejecutivo de la consultora de viajes The PC Agency, afirmó que es “inevitable” que el gobierno británico tome medidas anticovid tras enfrentarse a las críticas por su lenta respuesta a la propagación del virus al inicio de la pandemia.
“Los gobiernos han aprendido lecciones de la oleada inicial de la COVID-19. Una de ellas es que deben colaborar más estrechamente en este tipo de restricciones. No puede ser que Italia y Estados Unidos hagan una cosa y otros no hagan lo mismo”, afirmó Charles.
Este miércoles, Estados Unidos impuso pruebas obligatorias de COVID-19 a los viajeros de China, alegando que Beijing no comparte suficiente información sobre el aumento de casos de coronavirus.
A partir del 5 de enero todos los pasajeros aéreos de dos años o más cuyo origen sea China deberán hacerse una prueba de no más de dos días antes de su salida desde China, Hong Kong y Macao, y mostrar un resultado negativo a las aerolíneas al momento de la salida. La medida incluye a quienes hacen una escala en cualquier aeropuerto estadounidense.
Aquellos pasajeros que den positivo más de 10 días antes de un vuelo, podrán presentar documentación que de cuenta de su paso por la enfermedad y su recuperación en lugar de un resultado negativo.
Esta reciente decisión adoptada por Estados Unidos supone la vuelta de requisitos sobre los viajeros internacionales, los cuales Joe Biden había eliminado por completo el pasado mes de junio.
“El rápido aumento reciente en la transmisión de la COVID-19 en China aumenta la posibilidad de que surjan nuevas variantes”, agregó un funcionario relacionado a la salud como justificación de la medida y apuntó contra el régimen chino por los datos limitados que han proporcionado sobre los casos y las nuevas cepas que circulan en el país.
“Según esta falta de disponibilidad de datos es más difícil para los funcionarios de salud pública de Estados Unidos identificar nuevas variantes que se propaguen”, dijo.
Por su parte, Italia se ha convertido en el primer país europeo en obligar a las personas procedentes de China a someterse a pruebas de detección de la COVID-19, después de que Beijing reabriera sus fronteras.
“La medida es esencial para garantizar la vigilancia y la identificación de cualquier variante del virus con el fin de proteger a la población italiana”, declaró Orazio Schillaci, ministro italiano de Sanidad al diario The Telegraph.
De acuerdo con el citado medio, Italia ya ha estado realizando hispados en los aeropuertos de Fiumicino, en Roma, y Malpensa, en Milán, donde el lunes uno de cada dos pasajeros llegados en vuelos procedentes de China dio positivo por coronavirus.