Recientemente, El Salvador recibió 1,400 dosis del biológico contra la viruela símica. Se trata del primer lote de vacunas contra esta enfermedad, lo que convierte al país en uno de los primeros de Centroamérica en tener disponible el medicamento para la protección de la población.
El Salvador, a través del ministro de Salud, Francisco Alabi, lideró la sesión especial del Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), donde se acordó el acceso a la compra de esta vacuna, por medio del fondo rotatorio de este organismo internacional.
Las vacunas serán aplicadas al personal de salud que hace el manejo o el análisis de las pruebas, los equipos que tienen contacto con los pacientes positivos o a los nexos en los casos confirmados.
“En este caso no es como la vacuna del COVID-19 que se aplicó masivamente ¿Por qué? Porque si no tiene indicación médica no es necesario aplicarla ante una enfermedad que tiene un ritmo de crecimiento bastante lento y es por las características muy en particular a diferencia de otras enfermedades que ha tenido la viruela símica”, dijo el ministro de Salud.
El biológico no puede ser utilizado en personas menores a 18 años, en mujeres embarazadas y en pacientes inmunocomprometidos. Con la aplicación de la vacuna el Gobierno busca evitar complicaciones o muertes en pacientes que contraen la enfermedad.
A casi siete meses desde que se conocieron los primeros contagios de viruela símica en el mundo, El Salvador ha reportado 13 casos, de los cuales, 10 pacientes ya fueron dados de alta y tres se mantienen activos.
Un aspecto importante es que no se han tenido contagios dentro de los círculos cercanos de los pacientes, lo que significa que las medidas que se han tomado bajo el protocolo que se estableció han sido efectivas.
“Es una muestra importante de que cada acción que se está tomando, aplicando la evidencia tiene un resultado positivo para la población”, destacó el ministro.
El país cuenta con todas las condiciones para detectar, tratar y dar un seguimiento oportunamente al paciente y a la familia, para evitar que incrementan los contagios de viruela símica.