Otro episodio por diferencias políticas ha terminado en un asesinato en Brasil, donde falta menos de un mes para que se celebren las elecciones. Un seguidor del presidente Jair Bolsonaro mató a cuchilladas a un militante del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva durante una discusión la noche del 7 de septiembre.
Según informaciones de la Policía Civil, recogidas por la prensa, el crimen ocurrió en una zona rural en el municipio de Confresa, en el estado de Mato Grosso, donde ambos hombres trabajaban en una fábrica de cerámica.
El autor del crimen, Rafael de Oliveira, de 24 años, confesó haber matado a su colega, Benedito Cardoso dos Santos, de 44.
Según Folha de Sao Paulo, que cita a la Policía, el asesino intentó sin éxito decapitar a la víctima con un hacha e incluso grabó la escena del crimen.
En su declaración a la Policía, De Oliveira explicó que la discusión fue subiendo de tono y que empezaron a propinarse puñetazos hasta que él terminó «perdiendo el control». Mató a su colega a golpe de puñaladas en el rostro.
El comisario Higo Rafael Ferreira informó al citado medio que De Oliveira intentó escaparse, pero fue detenido y trasladado a comisaría, donde confesó el crimen.
Más seguridad para los candidatos
En julio, Jorge Guaranho, un agente penitenciario federal y seguidor de Bolsonaro, asesinó a tiros a Marcelo Arruda, militante del Partido de los Trabajadores (PT), liderado por Lula, que celebraba su fiesta de cumpleaños en Foz de Iguazú, en el estado de Paraná.
Aquel crimen provocó una fuerte reacción en la esfera política brasileña y la Policía Federal, incluso, decidió ampliar sus efectivos para proteger a los candidatos en la campaña para las elecciones de octubre.
Las elecciones en Brasil se celebrarán el próximo 2 de octubre en medio de una gran tensión y ante el temor de que puedan desembocar en actos violentos si Bolsonaro perdiese las elecciones y no reconociese los resultados.
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