James Webb, el telescopio óptico más grande, potente y costoso jamás lanzado al espacio sufrió daños permanentes, tras ser golpeado por un micrometeorito entre el 22 y el 24 de mayo, anunció en un reciente reporte la NASA.
Según la agencia espacial, la colisión «causó un cambio incorregible en la figura completa» del segmento C3 del espejo del telescopio.
No obstante, la capacidad del James Webb de captar asombrosas imágenes no se verá afectada, ya que «el efecto fue pequeño a nivel de todo el telescopio» y «solo se vio afectada una pequeña porción» del mismo.
Aunque el aparato fue diseñado para resistir este tipo de colisiones, el informe señala que el incidente «superó las expectativas de daños por micrometeoritos previas al lanzamiento».
«Todavía no está claro si el impacto de mayo de 2022 en el segmento C3 fue un evento raro (es decir, un impacto desafortunado de un micrometeorito de alta energía cinética que estadísticamente podría ocurrir solo una vez en varios años) o si el telescopio puede ser más susceptible al daño por micrometeoritos de lo que predijo el modelo previo al lanzamiento».
Ahora, los expertos están analizando qué se puede hacer para mitigar futuras colisiones de micrometeoritos. Una de las soluciones más rápidas y eficaces sería limitar el tiempo en el que el James Webb apunta hacia direcciones que se sabe exponen su espejo a una mayor probabilidad de impactos.
El telescopio fue lanzado el 25 de diciembre de 2021 y fue nombrado así en homenaje a James Webb, quien encabezó la NASA entre 1961 y 1968. Su precio se calcula en unos 10.000 millones de dólares y, gracias a la calidad de las imágenes que captura, la agencia estadounidense espera que la comunidad científica pueda aprender más sobre la masa, la edad, la historia y la composición de las galaxias, a medida que el telescopio busque en las profundidades del universo.