La NASA comenzó a abrir una de las últimas de 2.196 muestras lunares recolectadas en las misiones espaciales del programa Apolo hace 50 años, con el propósito de aprender más sobre la superficie del satélite natural de la Tierra, informó este viernes.
«La agencia sabía que la ciencia y la tecnología evolucionarían y permitirían a los científicos estudiar el material de nuevas formas para abordar nuevas preguntas en el futuro», dijo en un comunicado Lori Glaze, directora de la División de Ciencias Planetarias de la agencia espacial estadounidense.
Un grupo de científicos del Centro Espacial Johnson de la NASA, con sede en Houston, son los encargados de abrir la muestra 73001, que contiene fragmentos de roca y suelo lunar. Se trata de muestras recolectadas y selladas al vacío en un tubo por los astronautas estadounidenses Eugene Cernan y Harrison Schmitt durante el transcurso de la misión Apolo 17, en diciembre de 1972.
El tubo, que mide 35 centímetros de largo por cuatro de ancho, fue clavado en un sitio de deslizamiento de tierra en el valle Taurus-Littrow de la Luna para recoger las muestras. De los dos tubos sellados al vacío en suelo lunar, este es el primero que se abre.
No solamente puede haber rocas y suelo lunar, sino también gases
Al momento de abrir el tubo, a principios de febrero de este año, los científicos se percataron de que podría contener, además de rocas y suelo, gases o sustancias volátiles que se evaporan a temperaturas normales, tales como agua helada y dióxido de carbono. Esto se debió a que la temperatura en el fondo del recipiente era extremadamente fría al momento de la recolección de las muestras.
Los investigadores creen que la cantidad de gas es baja, pero esperan que sea extraído y analizado mediante técnicas modernas de espectrometría, con el propósito de determinar con precisión la masa de moléculas gaseosas. Se espera que el proceso de extracción del gas termine a finales de la primavera, para dar paso al retiro de las muestras de rocas y suelo del contenedor.
Juliane Gross, curadora adjunta de las muestras del Apolo, comentó que no se entiende «muy bien cómo ocurren los deslizamientos de tierra en la Luna», agregando que los investigadores esperan estudiar las muestras para comprender mejor este fenómeno.
El análisis de las muestras está relacionado con las próximas misiones Artemis de la NASA, que enviarán humanos a la Luna en 2025. «Particularmente, una vez que recuperen las muestras de Artemis, sería bueno hacer una comparación directa en tiempo real entre lo que sea que regrese de Artemis y uno de estos núcleos sellados restantes sin abrir», señaló Ryan Zeigler, curador principal de las muestras del Apolo.