Una nueva investigación de un fósil bien conservado de calamar vampiro de casi 328 millones de años de antigüedad, antes de la era de los dinosaurios, refuta los argumentos prevalecientes sobre el origen de los vampiromórfidos, según un comunicado publicado este martes por el Museo Americano de Historia Natural (AMNH, por sus siglas en inglés).
El equipo de científicos del AMNH y la Universidad Yale, en EE.UU., demostró que los primeros ancestros de la familia de animales que incluye a los pulpos y calmares vampiro, tenían no ocho, sino diez brazos. Este fósil puede ser la primera confirmación de la idea de que todos ancestros de los cefalópodos poseían diez tentáculos.
Según el autor principal, Christopher Whalen, investigador del departamento de Ciencias Terrestres y Planetarias de la Universidad Yale, este es primer y único vampiromórfido conocido que posee esa cantidad de extremidades funcionales.
Además, el descubrimiento ha llevado a científicos a aumentar la edad del grupo en casi 82 millones de años.
El estudio, publicado en la revista Nature Communications, se basó en un fósil bien conservado de la colección del Museo Real de Ontario, localizado en la ciudad de Toronto, Canadá, que originalmente fue encontrado en 1988.
La especie, denominada ‘Syllipsimopodi bideni’, es el cefalópodo más antiguo conocido y desarrolló ventosas que permitían a sus tentáculos capturar mejor a sus presas. Su nombre procede de las palabras griegas ‘syllípsimos’, que significa prencil, y ‘pódi’, que significa pie, mientras que la segunda parte fue en homenaje al presidente estadounidense Joe Biden.
Basándose en la edad, las características y la posición filogenética, los autores han propuesto un nuevo modelo de evolución de los coleoideos.