Cada año, los incendios forestales se llevan por delante 309 millones de hectáreas anuales de superficie arbolada, es decir, algo más del espacio equivalente a la superficie de Argentina, y seis veces más que la superficie en España. En Europa, el fuego quema 800.000 hectáreas cada 12 meses, la cuarta parte de ellas en España, según los datos de la Comisión Europea y del Ministerio para la Transición Ecológica. En el 90% de los casos el factor que desencadena un incendio se debe a la acción humana.
La prevención sigue siendo la asignatura pendiente en nuestro país. “En España somos buenos apagando incendios forestales: el 65% de ellos son extinguidos en fase de conato”, aseguran desde WWF España. “Pero no lo somos evitando que se produzcan”.
A la hora de apagarlos, en cualquier caso, los medios tecnológicos, sin embargo, tienen también algo que decir. Telefónica, junto con la Universidad Carlos III (encargada del control autónomo del dron y la detección de obstáculos), la startup Divisek (que es la que trabaja en el sistema de recarga) y la operadora Dronitec, trabajan conjuntamente en un proyecto que persigue usar la red de torres de telefonía móvil de la compañía (la compañía cuenta con unas 15.000 en Europa y Latinoamérica a través de su filial Telxius), drones e internet de las cosas para acelerar los tiempos de reacción. El funcionamiento es el siguiente: se han equipado las torres con sensores de varios tipos, como térmicos, de humo y de viento, que puedan detectar conatos, y lanzar así una alarma.
“Este proyecto surge de unas conversaciones internas de innovación sostenible, en la que buscamos proyectos que tengan un impacto en sostenibilidad. Queremos probar la viabilidad tecnológica y proponer soluciones que nos permitan hacer uso de las infraestructuras de que disponemos”, asegura Muñoz. “Ahora queremos hacer una prueba en campo para ver si es viable. Para ello necesitamos permisos vuelos, para poder simular un incendio. La idea es hacerlo en lo que queda de año”.
Este sistema, asegura Telefónica, puede constituir una herramienta valiosa contra el fuego, toda vez que cuentan con una amplia distribución (entre Telefónica Vodafone, Orange y Yoigo tienen más de 40.000 por toda España). Además, dotan de electricidad, conectividad y defensa contra descargas eléctricas al sistema.
La Universidad Carlos III ha puesto a disposición de la operadora un modelo de dron con una autonomía máxima de 20 kilómetros, según explica Fernando García, profesor y miembro del Laboratorio de Sistemas Inteligentes de la institución académica.
Los mapas inteligentes también resultan de ayuda. Es el caso de Esri que recopila información de distintas fuentes: La velocidad y dirección del viento, la propagación del fuego y el perímetro del incendio, las rutas que siguen los medios terrestres que estén luchando contra las llamas y su posición, dónde están haciendo las descargas los medios aéreos… todo se plasma en un plano digital que se actualiza en tiempo real.
La startup Pyrosat, por su parte, trabaja más en el plano de la prevención: ha generado un programa que es capaz de crear mapas de riesgo que detectan dónde es más probable que aparezca un incendio. Para ello, capta datos de la geometría y de la vegetación que hay, como las hojas y las ramas que han caído al suelo.