Las tragedias no terminan de contarse en Haití. El terremoto de magnitud 7,2 que se registró el pasado sábado 14 de agosto dejó un saldo de 724 fallecidos y 2.800 heridos, según reveló este domingo Protección Civil. Mientras, el avance de la tormenta tropical Grace amenaza las labores de rescate de centenares de personas desaparecidas.
«Muchos» hospitales, escuelas, iglesias, hoteles y empresas privadas quedaron destruidas tras el terremoto, aseguró Jerry Chandler, director general de Protección Civil, aunque dijo que aún continúan evaluando daños y definiendo las tareas de rescate. Los reportes indican que 500 personas murieron en el sur del país, 100 en Grand Anse, 122 en Nippes y 2 en el noreste.
El suroeste de Haití fue el más afectado, especialmente la ciudad de Les Cayes y sus alrededores. El terremoto ya es uno de los diez sismos más letales de los últimos 25 años en Latinoamérica y se produjo a 12 kilómetros de la localidad de Saint-Louis du Sud, con un hipocentro de 10 kilómetros de profundidad.
Ariel Henry, primer ministro de Haití, declaró ayer el estado de emergencia y calificó de «dramática» la situación. «Necesitamos mostrar mucha solidaridad con la emergencia», confesó Henry, un neurocirujano que asumió el mando del país después del asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio pasado.
«Lo más importante es recuperar tantos supervivientes como sea posible bajo los escombros. Hemos aprendido que los hospitales locales, en particular el de Les Cayes, están abrumados por personas heridas y fracturadas», dijo Henry.
Las imágenes difundidas en redes sociales mostraban a cientos de haitianos en las calles en busca de refugio y ayudando a rescatar a los atrapados entre los escombros de casas, hoteles y otras estructuras colapsadas. Durante todo el día y la noche del sábado, las réplicas se sintieron en el país y en países vecinos como Cuba o Jamaica. Cientos durmieron en las calles ante el temor del derrumbe de sus casas.
En Les Cayes, una de las ciudades más golpeadas por el sismo, muchas familias recuperaron algunas pertenencias de sus viviendas y se fueron a intentar dormir en un campo de fútbol al aire libre. Esta mañana, muchos hacían filas en el mercado local para comprar los plátanos, aguacates y agua que aún quedaban a la venta. «Solo tenemos a Jesús ahora», dijo Johanne Dorcely, una mujer de 58 años que perdió su casa por el terremoto.
Un informe preliminar da cuentas de 860 casas destruidas y más de 700 dañadas. Otras estructuras como hospitales, escuelas, oficinas e iglesias se vieron afectadas.
Fernand Sajous, propietario del Abaka Bay Resort, afirmó que de las 30 habitaciones del hotel ninguna quedó en pie y que por suerte estaban vacías. “Desaparecieron, así como así”, aseguró.
La tormenta Grace amenaza las tareas de rescate
Pero la preocupación aumenta en el país caribeño. El Centro Nacional de Huracanes de EEUU (NHC por sus siglas en inglés) confirmó que Grace, la séptima tormenta tropical de la temporada de huracanes, se ubica a 90 kilómetros al sureste de Santa Cruz y a 160 kilómetros de San Juan Puerto Rico. Su trayectoria inminente afectaría República Dominicana y Haití.
Se espera que Grace genere fuertes lluvias en Haití desde este lunes. Algunas partes del país también están en riesgo de inundaciones repentinas, según el NHC.
Grace avanza con vientos sostenidos de 65 kilómetros por hora y a 16 millas por hora. Entre el lunes y martes estará sobre República Dominicana y Haití, ambas islas bajo aviso de vigilancia, así como alerta en las islas Turcos y Caicos y Cuba.
La tormenta tropical producirá en Puerto Rico lluvias de hasta 7 pulgadas y en dominicana y Haití, se esperan máximos aislados de hasta 10 pulgadas, que pueden provocar inundaciones repentinas y posibles deslizamientos de tierra.
Solidaridad internacional
Henry solicitó «solidaridad estructurada» para garantizar una respuesta coordinada a la emergencia y evitar la confusión que le siguió al terremoto de 2010, donde murieron 300.00 personas y del cual el país aún no se recupera.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, autorizó una respuesta inmediata y nombró Samantha Power, administradora de USAID, coordinadora de la ayuda humanitaria. En Twitter, Power confirmó que USAID enviaría un equipo de búsqueda y rescate de 65 personas con herramientas especializadas y suministros médicos.
El presidente francés, Emmanuel Macron, envió este domingo condolencias al pueblo de Haití y aseguró que la ayuda de su país está «preparada». «Nuestros pensamientos se dirigen a los que han perdido un allegado, a los que han visto sus casas desplomarse y una parte de su vida también», lamentó Macron.
Argentina, Colombia, Venezuela y Chile también estuvieron entre las primeras naciones en prometer ayuda. El papa Francisco pidió ayuda rápida en su bendición dominical en la Plaza de San Pedro. «Que la solidaridad de todos alivie las consecuencias de la tragedia», dijo.
«Olvidemos nuestras disputas. Olvidémonos de todo lo demás, ayudemos a los más pobres y necesitados», pidió este domingo el primer ministro Ariel Henry. Esta nueva tragedia se suma a la difícil situación de los haitianos, afectados por la pandemia del coronavirus, el asesinato de su presidente y la violencia de pandillas.