Una pareja de Carolina del Sur (EE.UU.) que había extraviado a su perrita quedó absolutamente sorprendida cuando en la madrugada sonó el timbre de su casa y vieron que era su cachorra Rajah, quien no solo había vuelto, sino que de alguna manera había aprendido a tocar para avisar de su regreso, recogen medios locales.
Sus dueños, Mary y Ryan, aseguran que su mascota había escapado del patio trasero al asustarse por unos fuegos artificiales. Durante un poco más de siete horas la buscaron por los alrededores sin éxito hasta que a las tres de la madrugada Rajah recorrió el camino de vuelta a su hogar e hizo sonar el timbre con el hocico. Su hazaña quedó registrada por una cámara integrada al aparato.
«No me explico cómo supo llamar, nunca le enseñé a hacerlo. No sale al patio delantero, excepto para ir a nuestro auto, por lo que nunca nos ha visto usar el timbre de la puerta. Ryan estaba esperando para ver si aparecía. La vio en el porche y salió corriendo a buscarla», cuenta Mary.
Rajah, de 18 meses, se encontraba en perfectas condiciones, aunque llena de espinas y algo untada de excremento. Sus propietarios afirman que la perrita se veía acongojada, como si se sintiera triste por algo malo que hizo. Pensaba que se había metido en serios problemas y no entendía por qué sus dueños se veían tan felices. «Fue muy gracioso y no podíamos dejar de reír», asegura la mujer.