El exorcismo ha venido en crecimiento en el mundo católico por lo que el Vaticano ha tenido que emitir talleres para que sacerdotes aprendan a distinguir a una persona poseída.
Alrededor de 250 sacerdotes procedentes de unos 50 países del mundo viajaron este mes a Roma para aprender a identificar una «posesión demoníaca» y conocer los rituales para expulsar a esos demonios, entre otras cuestiones.
En el curso de “Exorcismo y oración de liberación”, los religiosos aprendieron cómo sacar demonios incluso vía teléfono celular.
El seminario en realidad no es nada nuevo, ya que se comenzó a impartir en 2005 y, desde entonces, ha duplicado la cifra anual de asistentes, aparentemente ante el crecimiento de la demanda mundial de este tipo de práctica.
El año pasado, el papa Francisco dijo a los sacerdotes que «no deberían dudar» en remitir los casos a los exorcistas cuando noten «perturbaciones espirituales genuinas».
El sacerdote estadounidense Gary Thomas, que practica exorcismos desde hace 12 años, afirma que a medida que la sociedad pasó a confiar más en las ciencias sociales se redujo el número de iglesias que tenían exorcistas.
En 1999, la Iglesia católica realizó la primera actualización mayor de las reglas sobre el exorcismo desde 1614.
Como consecuencia, el padre Thomas trabaja con un grupo de médicos, psicólogos y psiquiatras -todos católicos practicantes- para investigar la causa del sufrimiento de una persona antes de diagnosticar un caso de «posesión demoníaca».
El curso del Vaticano incluye elementos de teología, psicología y antropología.
El temario abarca asuntos como la brujería en África, cómo diferenciar entre «posesión demoníaca» y enfermedad mental, así como una guía paso a paso para expulsar demonios.
El cardenal albanés Ernest Simoni, uno de los instructores del seminario, explicó cómo cuando no puede acudir en persona a realizar un exorcismo, la llaman por celular para que lea las oraciones correspondientes en latín para ayudar a expulsar los demonios.
«Me llaman y hablamos. Así es cómo lo hago», explicó el religioso de 89 años.
Aparte de los sacerdotes, al seminario anual también pueden acudir laicos de ambos sexos, quienes reciben un certificado y pueden convertirse en «exorcistas auxiliares».
Esto les permite estar presentes en el rito, rezar y dar apoyo moral a quien ejecuta esta práctica.
Sin embargo, según explicó Ferrari, eso no les autoriza a expulsar a los demonios. Esa tarea está reservada para los clérigos.