Un oso hormiguero (Tamandua mexicana) caminaba tranquilo en medio de la selva cuando de pronto, una aguililla blanca (Pseudastur albicollis) se abalanza sobre él. Rápido y ágil, el oso se prepara para la acción, se sostiene en sus patas traseras y cual experto en artes marciales extiende sus brazos previendo un segundo ataque.
Esta singular escena fue captada por una cámara trampa colocada en el Área de Protección de Flora y Fauna Chan-kin, en el municipio de Ocosingo, en Chiapas (México), como parte de las labores de monitoreo del Programa de Conservación de Especies en Riesgo (PROCER) y el programa Jaguares de la Selva Maya (Bioconciencia A.C
Aunque en este caso el monitoreo estaba enfocado a vigilar a las poblaciones de jaguar (Panthera onca) que habitan en la zona, el video resulta sumamente interesante, pues tanto el oso hormiguero como la aguililla blanca (que habitan desde el sur de México hasta Centroamérica y parte de Sudamerica) son especies vulnerables, explica Emilio Roldán Velasco, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
«Las cámaras trampa captan a todo tipo de animales», dijo Roldán, responsable del área de monitoreo biológico de las áreas naturales protegidas de la Selva Lacandona. Estos dispositivos, muy usados en tareas de conservación y vigilancia, no son otra cosa que cámaras digitales apostadas en las bases de los árboles y entre el forraje. Cuentan con un sensor que las activa cuando detectan movimiento o calor, pudiendo tomar fotos y videos tanto de día como de noche.
«Con esto, se obtienen datos de la abundancia de animales y sobre el estado de sus poblaciones», agregó Roldán.