Pyongyang lanzó una seria advertencia a Estados Unidos y Corea del Sur al asegurar que podría retomar sus ensayos con armas después de haber detectado maniobras que considera “amenazantes” para su seguridad. Este anuncio podría poner en peligro el pacto militar intercoreano de 2018, que permitió relajar la tensión en la frontera de los dos países.
El encendido mensaje vino de mano de la hermana del líder norcoreano, Kim Jo-yong, una de las personas más autorizadas y con mayor poder dentro del régimen. Esta declaración es el primer comunicado hacia Washington desde que Joe Biden llegara a la Casa Blanca y se produce a unos días de la llegada del secretario de Estado, Antony Blinken, y del de Defensa, Lloyd Austin, a Seúl para conversar con su socio.
La visita de Blinken y Austin a Corea del Sur será para redefinir la relación estratégica que une a los dos países desde hace décadas y para plantear cual será la política a seguir con el vecino del norte, algo que no pasa desapercibido en Pyongyang y que podría explicar el por qué de estas amenazas.
Fuentes de la Casa Blanca señalan que han estado intentando comunicarse con Corea del Norte desde hace un mes pero que no ha habido éxito hasta hoy, que han recibido ese mensaje. Las autoridades norcoreanas estás esperando a que se definan estas políticas para actuar en consecuencia.
El mensaje lanzado por Kim Jo-jong iba principalmente dirigido a Corea del Sur, que desde 2018 había visto como las relaciones con su vecino habían mejorado sustancialmente, pero Kim aprovechó para señalar a Estados Unidos y en especial “a la nueva Administración”.
«Si su deseo es disfrutar de un sueño placentero durante los próximos cuatro años, sería prudente no generar un problema que les haga perder el sueño», escribió la hermana del líder en clara alusión al reinicio de las pruebas de armas de destrucción masiva a las que el régimen ya se refirió en enero.
Polémica por los ejercicios militares
Tanto Corea del Sur como Estados Unidos han restado importancia al mensaje porque consideran que la acción de esos ejercicios es “meramente defensiva” y que además, por motivos de la pandemia, los ejercicios fueron a través de computadoras, algo que no consideran especialmente violento para Corea del Norte.
Desde el norte se han tomado esto como “un importante desafío”, a pesar de las insistencias desde Seúl para que la respuesta sea acorde a la “poca gravedad” de los hechos y para que “respeten el acuerdo”.
Cuando se le preguntó sobre la declaración de Kim Yo Jong, Blinken dijo en una sesión informativa en Tokio que estaba al tanto de sus comentarios, pero que estaba más interesado en escuchar lo que piensan los aliados y socios de Estados Unidos sobre Corea del Norte.
La revisión de la política de Corea del Norte con los aliados asiáticos de Estados Unidos preocupa a Pyongyang debido a que se están estudiando unas posibles medidas de presión adicional sobre el régimen.
A pesar del acercamiento de posturas durante una parte del mandato de Donald Trump, las relaciones entre los dos países se han ido enfriando progresivamente con el tiempo de nuevo, algo que podría consolidarse con la llegada de Joe Biden, que parece más inclinado a promulgar una política como la de Barack Obama.
La vía con Corea del Norte podría enfocarse en la “paciencia estratégica” de Obama, que evitó mantener cualquier tipo de diálogo directo sin un compromiso previo de Kim de desnuclearización, algo que contrasta con las reuniones bilaterales de alto perfil que mantuvo Trump y que finalmente parece que no han servido de forma eficiente para construir una paz confiable y duradera.
En un momento clave para la reconfiguración de las relaciones estadounidenses con Asia está por ver si la cuestión norcoreana vuelve a escalar o no. Lo cierto es que Pyongyang atraviesa uno de los peores momentos desde la llegada de Kim Jong-un al poder debido a la profunda crisis económica que afecta al país y que se ha acentuado con el cierre estricto de fronteras a causa del coronavirus.
Amenazas!!!! No son buenas, mata el alma y la envenena.